En el Valle de Aezkoa, en el Occidente de Pirineos, está una de las puertas naturales de la misteriosa e increíble Selva de Irati, uno los más extensos y con mayor riqueza medioambiental de Europa. Es un paraíso de cuento con extraordinarios colores, y un silencio embriagador. Pasear por sus senderos y ascender a sus montañas, sorprenderse en la Real Fábrica de Armas, sentir la prehistoria en los Megalitos de Azpegi, y disfrutar de Embalse de Irabia, son tentaciones que invitan a perderse por la Selva de Irati.

Cuenta la leyenda que la Selva de Irati era el reino de Basajuan, dueño y protector de este bosque, de su naturaleza, y de sus rebaños. Este gran señor de la mitología protegió con esmero el vasto territorio del Valle de Aezkoa donde se siente un dulce vértigo al perderse entre miles de troncos que llegan hasta el infinito. La Selva de Irati, desde Orbaizeta, representa el esplendor en primavera.  Las hayas, abetos, alisos y robles componen una acuarela de verdes, amarillos, pardos, rojos, y rojizos, en un impresionante derroche de hermosura, en este bosque, que atrapa y hechiza.

Ermita San Esteban.

El Valle de Aezkoa es una de las áreas más espectaculares para conocer la Selva de Irati. Sus espesuras y praderas fueron lugar de caza de los Reyes de Navarra en el medievo, campo de batalla de mil guerras, refugio de contrabandistas, y vía de escape de aviadores y perseguidos en la II Guerra Mundial. El acceso natural de entrada a La Selva de Irati está en Orbaizeta, un pequeño pueblo con apenas 230 habitantes, al que se asciende desde Aribe. Los 800 metros de altitud de Orbaizeta derrochan aire puro, y bellísimos cielos nocturnos. Es la partida ideal para saborear desde sus montañas de increíbles vistas de la Selva, y por supuesto, para adentrarse en el corazón del bosque.

Desde el norte de Orbaizeta se llega a Arrazola, donde hay que subir hasta el mirador de Azalegi a 1200 metros de altitud, para disfrutar de la explosión de color de Irati. Se asciende entre espesos hayedos, inmensos abetos, corpulentos robles, magníficos arces, majestuosos fresnos, así como de una increíble variedad de arbustos, donde destaca el helecho.

Mirador Azalegui.

En esta fecunda tierra se alimenta la famosa vaca Pirenaica, productora de una excelente calidad de carne. En la cima de Azalegi los Pirineos se abren paso entre una interminable gama de verdes, cobres, granates, rojos, púrpuras, amarillos, ocres, anaranjados que harían palidecer al propio Van Gogh.

En la pequeña explanada de esta ventana al mundo pastan sociables caballos de cuello corto y fuerte, y robustas extremidades, que antaño era usada para el tiro, la agricultura y el transporte. Tras un pequeño repecho comienza la bajada donde aparece la Ermita de San Esteban, un pequeño santuario reconstruido a mediados del XX, porque los franceses la incendiaron en su invasión.

Real Fábrica Orbaizeta.

Otra forma de sentir la magia de este bosque de cuento, es recorrer el Embalse de Irabia, el núcleo de la Selva. Desde Orbaizeta se llega a los pies de la presa, que fue construida en 1922 para producir electricidad y regular el caudal del río Irati. Aquí solo se escucha el rumor salvaje del agua entre hayas y abetos, el olor a frutos del bosque, el frescor del río Irati y el susurro de los árboles.

Esta joya, uno de los bosques más extensos y de mayor riqueza medioambiental, tiene un encanto insuperable, donde su frondosidad hipnotiza, y su agua embelesa. Este soberbio hayedo aglutina excelentes ejemplares de robles, abetos, arces, boj, saúcos, fresnos y tejos. Desde tiempos inmemoriales la calidad de la madera de Irati ha sido muy apreciada.

Embalse Irabia

Con ella se construyeron los mástiles de la Armada Invencible y la Catedral de Tudela, para los que se desarrollaron ingeniosos sistemas para su transporte, o por el río a través de complejas esclusas, o suspendida en el aire con astutos sistema de cableado. Además de la arboleda, los acebos, enebros, endrinos, avellanos y helechos suponen un paraíso para ciervos, corzos, jabalíes, zorros, martas y ardillas que habitan en La Selva de Irati.

Real Fábrica de Armas y Municiones de Orbaizeta.

Otra de las sorpresas que esconde Irati es la Real Fábrica de Armas y Municiones de Orbaizeta, mimetizada con el terreno, y uno de los mejores ejemplos de arquitectura industrial. La riqueza maderera, la existencia de yacimientos de hierro, plata y plomo, y la abundancia de agua, fueron claves para que Carlos III decidiera construirla en 1784 sobre la antigua ferrería medieval de Orbaizeta. Fue diseñada y desarrollada por militares de artillería para fabricar bombas de hierro, granadas y munición. Además de la fábrica estaba la iglesia, el palacio de los jefes y las casas de los obreros. Al parecer también había una posaba para los arrieros, y un pequeño cuartel de vigilancia.

Fabrica Armas Orbaizeta.

Hoy es un barrio de Orbaizeta donde hay una casa rural con encanto, donde venden un sensacional queso de oveja artesano. Adentrarse en este fantasmal laberinto de piedras causa desasosiego y atracción por partes iguales. Las ruinas de la fábrica conservan un singular atractivo, y a pesar de su estado ruinoso, se pueden observar algunas dependencias, además de los hornos y la ingeniosa canalización del río Legartza.

Quesería Orbaizeta.

Prehistoria en Azpegui

Otro regalo del Valle de Aezkoa es el magnífico conjunto de crómlechs y dólmenes que atesora. En Azpegi, a pocos kilómetros de Orbaizeta y lindando con la frontera francesa, se encuentra su asombrosa Estación Megalítica.

Bajada mirador Azalegui.

En Azpegi y sus alrededores se pueden observar una gran cantidad de dólmenes y crómlechs diseminados en su enorme pradera, es uno de las más increíbles yacimientos prehistóricos que se cree podrían ser lugar de reunión, o estar relacionadas con los ritos funerarios, y ser usadas como sepulturas colectivas. Este magnífico conjunto de crómlechs, donde el más grande, de unos 10 metros de diámetro y con un gran túmulo en su interior, llega a sumar más de dieciséis y todos en perfecto estado.

Texto y Fotografías: Irene González es Periodista y amante de la fotografía @gys_com GsComunicacion

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