En tiempos remotos la mujer ideal tenía que ser bella, dócil, dulce, discreta y cumplir con todos los atributos que la encajaran como un molde en el lugar que le correspondía; aquel que elogiaba un saber estar (y desaparecer) de modo natural para orgullo de su progenitor o estar a la altura de un hombre con quien casarse, procrear y ejercer la maternidad con una sonrisa complaciente al más puro estilo cinemascope. Detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer, decía el dicho. Y no sabemos datar exactamente cuándo ni coincidimos en visualizar la anécdota que hizo estallar por los aires tanta femineidad edulcorada y encorsetada. Lo cierto es que del dicho al hecho se abrió un gran trecho y el molde tradicional ha caído en el abismo más ancestral para recomponerse en tantos pedacitos como nombres propios caben en los nuevos; hechos a medida y sin generalizar. Las Mujeres en Renfe que entrevistamos son ejemplos de cómo han variado tiempos y estereotipos. Y queremos contárselo desde su perspectiva…
Detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer, decía el dicho. Y no sabemos datar exactamente cuándo ni coincidimos en visualizar la anécdota que hizo estallar por los aires tanta femineidad edulcorada y encorsetada…
Concertamos encuentro en Atocha con nuestra siguiente protagonista; Sonia Araujo, directora de Área de Negocio de Alta Velocidad y Otros Servicios Comerciales. Iniciamos presentación convencional y enseguida derivamos a lo concreto porque hay mucho que contar y el tiempo es limitado. No hay segunda oportunidad para la primera impresión y debe ser verdad porque en lo que dura nuestra conversación no decae nada de lo que transmite desde el principio. Emana esa seguridad que otorga saberse a la altura de las circunstancias aunque se debute con papel y escenario nuevo. Se autodefine tímida y quizá tenga por eso triple valor. De ahí que si se tuviera que escoger una sola palabra para resumirla se diría que es valiente. Lo es porque ha llegado hasta aquí resultado del suma y sigue a pesar del resto. Lo es porque orienta esfuerzo a una meta y si un obstáculo se le presenta, salta o lo circunda sin que en su mente quepa siquiera la posibilidad de retirarse. Y lo es porque así lo muestra un ejemplo que vale más que mil palabras: 11 aprobados de 1100 en la última asignatura a superar para licenciarse en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. ¿Adivine quién obtuvo el título en primera convocatoria?
Detállenos formación académica y cuáles fueron sus principales motivaciones para elegir la carrera.
Soy Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Madrid aunque mi vocación primera fuera la Medicina. De niña me recuerdo queriendo ser neurocirujana. Me veía en el quirófano, salvando vidas. Pero mi madre y mi tía tenían un comercio próximo al antiguo hospital Puerta de Hierro. En mi tiempo libre solía echarles una mano en la tienda y entre la clientela había médicos que conocían mi interés por ejercer el oficio. Entre todos me desalentaron de la idea y contribuyeron a hacer desaparecer poco a poco mi ilusión. También influyó mi carácter práctico porque pensé que el MIR podría llevarme a una especialidad como la Podología, que en nada me atraía… Así que opté por la carrera en la que finalmente me licencié.
Decidió matricularse en una carrera con escasa presencia femenina. ¿Cómo recuerda aquellos años?
En ningún momento pensé en si ser mujer me condicionaba, aunque lo cierto es que tan solo éramos un diez por ciento. La prueba está en que durante el primer año no había servicio de mujeres en mi planta. También recuerdo la etapa de estudiante con picos y valles, mucho esfuerzo para aprobar cada uno de los seis años y el proyecto que, casualidades de la vida, dediqué a un puente arco de ferrocarril. En la última asignatura necesaria para obtener la licenciatura, denominada Sanitaria, aprobamos solo 11 de 1100 presentados, la carrera fue una auténtica prueba de resistencia. Como Especialidad, elegí Estructuras, pensé que era difícil pero que lo quería conseguir. Lo logré al tiempo que pensaba que quizá debía haber elegido algo más estimulante y entretenido… También obtuve el Máster en Prevención y Riesgos Laborales y posteriormente recibí formación en Dirección y Gestión de Proyectos y en técnicas de Consultoría.
«En ningún momento pensé en si ser mujer me condicionaba, aunque lo cierto es que tan solo éramos un diez por ciento».
Y salió al mundo laboral con ganas de poner en práctica todo lo aprendido. Cuéntenos cuál fue su experiencia primera.
Los profesores de la Universidad me aconsejaron en su momento que, siendo mujer, lo mejor era opositar. Eran tiempos de crisis y aún sin internet, así que había que desplazarse a las ciudades y empresas en busca de trabajo. De Coruña era mi padre y hasta allí fui por resultarme familiar a echar curriculum y buscar empleo entre otros lugares, como Valencia. Llamaron varias empresas para entrevistarme y pronto percibí la trampa que suponía pedirme con una excusa que abriera la cartera. Podían así comprobar si la fotografía de un novio delataba un compromiso. Eso cuando no preguntaban directamente si mi intención era casarme y tener hijos a corto plazo. Y fue entonces cuando me llamaron de Unión Fenosa. Me entusiasmaba la idea de trabajar en una presa y disfrutar a pie de obra con el casco. Iba pasando pruebas por varias empresas del grupo y finalmente me contrataron para el área de Consultoría y Sistemas.
Se especializó entonces en el sector de la Consultoría…
Hubiera preferido la presa, pero comencé a emprender camino por el mundo de la Consultoría y agradezco que así fuera. Trabajé durante 16 años en Consultoría, principalmente en industrias de Servicios y Transportes. Durante aquella etapa adquirí conocimientos y experiencia en todos los ciclos de vida de un proyecto; desde la gestión, análisis, diseño de procesos y soluciones hasta la construcción e implementación de las mismas, y especialmente en la gestión de equipos multidisciplinares. A nivel internacional, desempeñé funciones como Gerente dentro de Recursos Humanos para implantar Paquetes Integrados en la región SPGIT (España, Portugal, Grecia, Israel y Turquía) en IBM Global Services.
Desde 2006 forma parte de la plantilla de Renfe. Cuéntenos cuáles han sido sus responsabilidades y en qué áreas.
Ingresé como Gerente de Desarrollo de los sistemas de Back Office y soporte a la gestión de la empresa. La función del puesto que he desempeñado hasta 2018 ha consistido en liderar un equipo responsable de la gestión y coordinación de los clientes internos y proveedores externos, así como del control, seguimiento económico de los proyectos y el servicio de mantenimiento, los proyectos más destacables fueron la implantación de SAP y el Modelo actual de Sociedades de Renfe. Mi puesto de trabajo se desarrollaba en el área de Sistemas, ubicada en el centro de Delicias, y tuve el honor de trabajar con Esther, Luisa, Alejandro, Marta, Julia y demás miembros. Es el primer equipo con mayoría de mujeres que he liderado y, por el momento, el único. Ellos son de lo que más orgullosa me siento de aquella etapa porque son todos verdaderos profesionales y aún mejores personas. Posteriormente, desde julio de 2018 hasta septiembre de este año, he prestado apoyo a la Dirección General en el seguimiento de los negocios y proyectos estratégicos, en la Dirección de Seguimiento de Negocios y Transformación Digital. Ahí debo agradecer a Lucía y a José Luis, director General de Operaciones, con quien he tenido el privilegio de trabajar el último año y aprendido infinidad de aspectos del ferrocarril.
«A partir de la liberalización, la adaptación al entorno y al cambio habrán de ser permanentes».
Actualmente ocupa el puesto de directora de Área de Negocio de Alta Velocidad y Otros Servicios Comerciales. Cuéntenos los retos a los que se enfrenta y en qué consiste su labor.
Protagonizamos un cambio histórico y es un reto preparar a Renfe para la transformación cultural. Hasta ahora nos movíamos en un entorno de monopolio. A partir de la liberalización, la adaptación al entorno y al cambio habrán de ser permanentes. Las reglas las marcará el Mercado y el futuro nada tendrá que ver con lo antes conocido. El reto consistirá en dotarnos de herramientas tanto físicas como de capacitación personal para adaptarnos a escenarios en constante transformación.
Desde su conocimiento y experiencia, ¿ve a Renfe preparada para superar con éxito la nueva etapa?
Por supuesto que sí. Nos enfrentamos a una etapa compleja, pero el verdadero valor de Renfe está en el buen hacer y la profesionalidad de quienes formamos parte de la empresa. La experiencia constata que hay que superar cualquier complejo, porque nuestra fortaleza está en la creatividad e imaginación que aportamos a cada proyecto, somos los mejores en comparación con el resto. Sí, será clave gestionar adecuadamente los tiempos, de forma que podamos cumplir la hoja de ruta que nos marquemos en cada uno de los proyectos. La planificación del tiempo es una variable fundamental, y de su correcta gestión dependerá gran parte del éxito, de forma que podamos anticiparnos y ser nosotros los “generadores” del cambio.
Imaginamos que las 24 horas de un día pasarán para usted a alta velocidad. Cuéntenos cómo transcurre una jornada cualquiera y quiénes componen su equipo actual.
A las 8:30 estoy ya en la oficina, pero antes llevo a mi hija al colegio. Probablemente tendré más de una reunión porque mi trabajo consiste en coordinar y dirigir internamente al conjunto de los departamentos del Área de Negocio para acompasar las fases de cara a la transformación histórica que está por llegar por la próxima liberalización ferroviaria. Los gerentes de Corredor: Nacho, Paco, Juan Manuel, José Antonio, Mariano y Tomás, junto a Álvaro, al frente de la Producción, integran parte de mi nuevo equipo, con el que estoy encantada, mayoría hombres. Algo habitual en toda mi trayectoria laboral que no recuerdo me haya incomodado jamás. Será porque en mi familia era la única chica y en la universidad éramos tan pocas… Para mí los verdaderos protagonistas de lo que va a venir son ellos y el conjunto de departamentos que componen el staff (Alfonso, Manuel, Ricard y Carmen). En suma, son quienes posibilitan que el negocio de Renfe cobre sentido. La guerra está ganada gracias al equipo que he tenido la suerte de encontrarme. Eso sí, tendremos que pelear duro.
«Nos enfrentamos a una etapa compleja, pero el verdadero valor de Renfe está en el buen hacer y la profesionalidad de quienes formamos parte de la empresa».
¿Cómo imagina su futuro? ¿Qué meta le gustaría alcanzar?
La vida me ha enseñado a vivir el presente con los cinco sentidos. Y en eso estoy, disfrutando hoy de todo lo bueno que tengo.
En territorio personal…
Entre una pregunta y la siguiente se cuelan algunas confidencias que quedan fuera de la entrevista porque no vienen al caso o nada tienen que ver con el motivo que nos cita. Sin embargo, son la amalgama necesaria para transformar el boceto en el retrato que capta la verdadera esencia. En territorio personal cuenta que su madre fue una mujer emprendedora y abrió un comercio tras dar a luz al segundo hijo. Lo hizo porque no se veía encerrada entre cuatro paredes y así se lo hizo saber a su marido. Sonia creció ante tal espejo, no muy distinto al que hoy sirve de reflejo a sus dos hijas. Sonríe con ternura cuando cuenta que la mayor se colgaba ropa, bolsos y mil cosas simulándola yendo a toda prisa al trabajo como si fuera el conejito blanco de Alicia en el País de las Maravillas. Lo mismo hace su hija menor, que juega a imitarla como si hablara constantemente por teléfono. Los modelos han cambiado, a la vista está. De hecho, Juanma, su marido, viene y va en la conversación porque Sonia le tiene en mente en todo momento. También es Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, profesor en la Universidad y todo un ejemplo de que los tiempos han cambiado: es él quien facilita la conciliación familiar gracias al horario y la renuncia a potenciales ascensos.
Podría zanjar con una pincelada final dando la vuelta al inicio. El trazo maestro con un giro que dijera: tras una gran mujer siempre hay un gran hombre. Pero no sería justo ni mucho menos cierto. La igualdad nunca será sinónimo de competir sobre quién es más ni mejor. El reto está en intercambiar papeles sin que a nadie le sorprenda y en la posibilidad de ser lo que se quiera sin que ningún molde limite.
Texto: Verónica Portell
Fotografías: Miguel Ángel Patier
Conoce la trayectoria profesional de otras Mujeres en Renfe en nuestro blog.
No tengo el honor de conocerla personalmente.
Tiene que ser excelente jefa y persona.
Bonita entrevista y bonito detalle nombrar a todos sus colaboradores.
Una magnifica entrevista. Juventud, preparación, experiencia y ser mujer son ingredientes de éxito para esta empresa que tiene que saber gestionar lo publico y competir con lo privado.
Gran mujer, luchadora y una excelente profesional. He tenido la suerte de trabajar con ella y admiro su fortaleza y su temple. Pero no solo la admiro profesionalmente. Como persona es igual de grande y por eso podrá llegar a donde quiera.
Haciendo referencia al comienzo del articulo, en el caso de Sonia, detras de esta gran mujer hay un gran hombre que camina a su lado haciendo posible todos sus logros. Prueba evidente de que los tiempos, poco a poco van cambiando.