Vivo en España desde el año 2015 y mi historia con el Ave comienza cuando decido realizar para mi nuevo disco:12 vídeos musicales, uno por mes, durante todo un año. Debido al éxodo venezolano, cuento con la fortuna de tener muchos amigos por el mundo. Muchos de ellos son realizadores audiovisuales, al igual que yo, y cuando emprendí este nuevo proyecto, tuve que desplazarme a Valencia, Vigo, Barcelona y París constantemente para poder grabar el material audiovisual que formaría parte de mi nuevo trabajo.

El Ave es sinónimo de comodidad por donde se le mire. Como vivo en el centro de Madrid, me desplazo caminando a Atocha y en 5 minutos estoy en la estación. Puedo llevar mi guitarra y no tener el miedo de los aviones a que la manden a bodega, al igual que las cámaras de mi equipo. Tu equipaje siempre está contigo y seguro.

Siempre viajo con mi compañera y nos gusta ir en preferente porque puedes elegir el menú que mejor se adapte a tus gustos o necesidades. Los asientos son muy cómodos para dormir, leer, ver cine o escuchar música mientras descansas, y si necesitas estirar las piernas, puedes levantarte e ir a la cafetería para tomar un refrigerio o simplemente admirar los paisajes que te regalan las rutas en tren de este país.

Prefiero el Ave al avión por muchas razones, pero principalmente porque no debo hacer largas colas en los aeropuertos para coger un vuelo. Tampoco estar preocupado por mis equipos al no ver cómo los están ubicando, y porque llego siempre al centro de cada ciudad que visito.

Recomiendo: Viajar bien temprano en la mañana para ver el amanecer y regresar a una hora en la que puedas disfrutar del atardecer desde el tren (Existe la opción del coche en silencio para los que quieren un viaje dedicado al descanso). Solicitar el menú que deseas a la hora de comprar los billetes. Pedir un vino a mitad de camino y viajar siempre con la mejor compañía.

Buen día para todos y feliz viaje.

Carlos Angola es Músico, Periodista, Realizador Audiovisual y Escritor /  @carlosangola