Llegar de Sevilla a Cuenca en unas horas era impensable hace unos años, pero desde que tenemos la línea Ave es una buena opción para hacer una escapada a este rincón de Castilla la Mancha. Desde Sevilla a Madrid llegas en unas 2 horas y media a la estación de Atocha, y desde esa misma estación puedes enlazar con el Ave a Cuenca que te llevará a esa preciosa ciudad en una hora más. Es cierto que la estación de Cuenca está un poco apartada de la ciudad pero tienes un ágil servicio de Bus cada media hora de lunes a sábado por 2,15 euros y muy puntual. En la estación hay una cafetería muy barata que te puede hacer la espera a tu vuelta más agradable y también una tienda de souvenirs por si quieres completar tus compras, con productos típicos y gastronómicos como el morteruelo o el ajoarriero, que doy fe están exquisitos.
Una vez que llegas a Cuenca descubres que es una ciudad que se encuentra colgada en una península rocosa creada por la fortaleza natural que forman las hoces que tallaron los ríos Júcar y Huécar. Sus calles de origen medieval serpentean en cuestas que esconden iglesias, casas solariegas y antiguos monasterios, algunos de los cuales son hoy en día acogedoras hospederías. En la zona más alta se encuentra la Plaza Mayor donde destaca su inacabada Catedral, pero no por ello menos hermosa.
Lo que más me llamó la atención de esta catedral, fue lo luminosa y “alegre” frente a otras catedrales góticas. Esta luz multicolor se debe a sus fantásticos vitrales. Mi consejo es que la visites a medio día donde la luz es más espectacular. En esta misma plaza se encuentran algunos edificios pintados de distintos colores que le dan a la plaza un aspecto muy bonito y animado, apetece realmente tomar algo en alguna de sus terrazas.
Platos como el morteruelo, el ajoarriero, los zarajos o las migas con huevo, pertenecen a su cocina más tradicional, por lo que te aconsejo que no te vayas de Cuenca sin probarlos y para terminar la comida y como sobremesa un licorcito Resolí.
En Cuenca también se encuentra, entre otros, uno de los museos de arte comtemporáneo más importante del mundo. En él hay obras de los más importantes artistas no-figurativos de este siglo: Antoni Tapies, Antonio Saura, Eusebio Sempere, Gerardo Rueda, Gustavo Torner, José Guerrero, Eduardo Chillida, Pablo Serrano, Luis Feito, Rafael Canogar, Hernández Mompó, Palazuelo…. por citar algunos nombres, además del propio Fernando Zóbel. Este museo precisamente está ubicado en una de sus famosas casas colgadas.
Toda la fachada de la hoz del Huécar tuvo casas colgadas, pero hoy en día sólo se conservan tres. Son edificios de origen gótico popular, en su interior abundan los componentes de madera muy bonitos. La casa de la izquierda (cocina del Mesón) recibió el nombre de Casa de la Sirena.
En tu paseo por Cuenca no te olvides pasar por el Puente de San Pablo, ¡si no tienes vértigo! El puente de San Pablo es un puente viga que cruza el río Huécar. Las vistas te aseguro que merecen la pena.
Cuenca sobre todo es un lugar para hacer turismo slow, sin prisas y sin masificaciones, disfrutando de la ciudad, de su historia y su presente.
Texto y Fotografías: Mar Villalba Vega es autora del blog de viajes Mi ruta
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