Enclavada en la costa oriental del País Vasco, Donostia/San Sebastián, es una joya que deslumbra a todos sus visitantes. Sus playas, su gastronomía y su rica oferta cultural la convierten en uno de los mejores lugares para escaparse y pasar un fin de semana de película. No en vano, la capital Guipuzcoana es, entre otras cosas, internacionalmente conocida por el prestigioso Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Primer día

La Parte Vieja, el corazón de Donostia

Una buena manera de comenzar primer día de nuestro fin de semana en Donostia es por su núcleo principal: la Parte Vieja. Ubicada entre el puerto y río Urumea, paseando por las estrechas calles adoquinadas descubrimos pintorescas tiendas y bares de pintxos que nos sumergen en la auténtica atmósfera donostiarra. En este barrio es donde encontraremos algunas de las atracciones turísticas más destacables de la ciudad, como son el Museo San Telmo, la Iglesia de San Vicente y la Basílica de Santa María del Coro.

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Basílica de Santa maría del Coro en la Parte Vieja | Foto: mmmyoso en Visualhunt.com

La Bretxa: el mercado de los chefs

Muy cerca de la Iglesia de San Vicente, no podemos desaprovechar la ocasión de visitar el emblemático mercado de La Bretxa. Fundado en 1870, este mercado ofrece gran variedad de productos de calidad y restaurantes locales de prestigio acuden aquí para comprar ingredientes frescos. Aun así, cualquiera puede visitar el mercado y probar delicias locales como el queso Idiazabal.

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Detalle del Mercado de la Bretxa, con el escudo de la ciudad | Foto: santiagolopezpastor en VisualHunt

Descanso en la Plaza de la Constitución

La mañana va transcurriendo y es recomendable tomar una pausa. No sin antes dirigirnos al Teatro Victoria Eugenia que, aunque no se vaya a ver ningún espectáculo, bien merece una visita para admirar su belleza.  Fundado en 1912 y reformado posteriormente, este teatro local todavía atrae visitantes con su fachada Belle Époque. Una escalera de piedra conduce al salón principal, donde encontrarás un impresionante techo con frescos.

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Teatro Victoria Eugenia | Foto: corno.fulgur75 en VisualHunt

Nos dirigimos ahora a la Plaza de la Constitución, parte del corazón de la ciudad y una de las más imponentes de Euskadi. Fundada en 1813, inicialmente se utilizó como plaza de toros, cuyos balcones servían de asientos para los espectadores. Hoy en día convive con la animada vida de bares y tiendas, y en ella se siguen celebrando importantes eventos como la Danborrada en enero o la Feria de Santo Tomás a finales de diciembre. Se trata de un lugar ideal para descansar y tomar algo, antes de continuar con nuestra visita.

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Plaza de la Constitución abarrotada durante la Danborrada del día de San Sebastián | Foto: Donostiako Festak en VisualHunt.com

Subida a Urgull

Después de retomar fuerzas, por la tarde nos animamos a visitar uno de los entornos más emblemáticos de San Sebastián. Al igual que “La chica del gorro azul” en la mítica canción de La Oreja de Van Gogh,  nos vamos de paseo al Monte Urgull, aunque en esta ocasión lo haremos a pie y no en bicicleta.

En su cima, encontramos el Castillo de la Mota, con sus muros bajos de piedra y una impresionante estatua de Cristo esculpida por Federico Coullaut. Fundada en el siglo XII, hoy alberga la Casa de la Historia, un pequeño museo centrado en la historia de San Sebastián y sus acontecimientos culturales. Merece la pena subir a Urgull, ya que nos regala unas impresionantes vistas de la capital guipuzcoana.

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Monte Urgull | Foto: Rufino Lasaosa en Visualhunt.com

Tras este agradable paseo por la montaña, podemos disfrutar de un agradable paseo por los jardines de Alderdi Eder y admirar el Ayuntamiento de San Sebastián, otra de las joyas arquitectónicas de la ciudad. Si seguimos el paseo marítimo desde aquí, llegaremos a la playa, un lugar ideal para acabar esta primera jornada. Sin embargo, merece la pena tomar un pequeño desvío para admirar uno de los puentes que cruza el río Urumea: el de María Cristina.

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Puente de María Cristina sobre el río Urumea | Foto: Joanbrebo en Visualhunt.com

Donostia cuenta con varios puentes, pero el de María Cristina destaca por su belleza y diseño Belle Époque. Erigido en 1904, presenta dos estatuas doradas en cada extremo sobre un pedestal blanco. El puente une el centro de la ciudad con la estación de tren de San Sebastián. A tan solo 5 minutos andando del puente de María Cristina podemos visitar la catedral del Buen Pastor, de finales del siglo XIX y estilo neogótico.

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Catedral del Buen Pastor | Foto: _Hadock_ en Visualhunt

Paseo por La Concha

¿Qué mejor manera de acabar este primer día que paseando tranquilamente por la playa de La Concha? Considerada una de las mejores playas del país, es el lugar ideal para relajarse y disfrutar del atardecer después de haber recorrido la ciudad. La realeza española solía escapar a San Sebastián y la reina regente María Cristina incluso declaró la ciudad capital de verano de Europa. Detrás de la playa hay un precioso paseo marítimo que llega hasta el cabo del Pico del Loro.

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Atardecer en La Concha | Foto: Miquel Fabré en VisualHunt

Segundo día

Parque de Cristina Enea

Comenzamos el segundo día de nuestra visita de fin de semana a Donostia muy cerca de la estación de tren, en la margen derecha del río Urumea. Se trata del Parque de Cristina Enea, también conocido en euskera como Kristinaenea. El duque de Mandas diseñó este parque ribereño para su esposa Cristina, de ahí el nombre. Es el lugar perfecto para desconectar del ritmo urbanita en un espacio natural de 95.000 metros cuadrados. Este parque alberga patos y pavos reales y senderos panorámicos frente al río Urumea.

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Pavo real en el parque Cristina Enea | Foto: Dorron en Visualhunt.com

Playa de la Zurriola y Palacio de Miramar

Después de este agradable paseo, nos dirigimos al norte para visitar otra de las famosas playas de San Sebastián: la Zurriola. Esta playa de 800 metros es famosa por sus olas y ambiente surfero, que atrae a surfistas de todo el mundo.

Antes de descansar para comer, volvemos a cruzar el Urumea para visitar el Palacio de Miramar. Este impresionante palacio del siglo XIX cuenta con una ubicación privilegiada sobre las playas de la ciudad. Cuando la familia real estaba en la ciudad, este era su lugar de escapada de verano. Vale la pena una parada para admirar el edificio, pasear por sus jardines y disfrutar de las vistas al mar.

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Palacio de Miramar | Foto: aagay en VisualHunt

Peine del Viento

Por la tarde, nos acercamos a visitar el famoso Peine del Viento. Para ello, comenzamos el paseo muy cerca del Palacio de Miramar, recorriendo el paseo de la Playa de Ondarreta. Es otra playa digna de visitar, justo frente a la Isla Santa Clara.

Siguiendo el paseo junto a los jardines de Ondarreta, llegamos a la famosa obra de Chillida: el Peine del Viento. Esta escultura gigante se instaló en 1977 y desde entonces se ha convertido en un símbolo de la ciudad. Si el mar está agitado, escucharás algunos sonidos impresionantes cuando las olas rompen contra los tubos de hierro unidos a las rocas.

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El Peine del Viento | Foto: Carlos Luna en VisualHunt.com

Monte Igueldo

Como colofón a nuestra productiva visita de fin de semana a San Sebastián, subimos al Monte Igueldo de la mejor manera posible: en funicular. En funcionamiento desde 1912, este funicular permite a sus visitantes disfrutar de las vistas de la costa de la ciudad. Además, si viajamos en familia tenemos la oportunidad de cerrar un fin de semana fantástico disfrutando del clásico y coqueto parque de atracciones de Igueldo.

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Vistas de la bahía y la isla de Santa Clara desde el Monte Igueldo | Foto: Aerismaud en VisualHunt

 

Un fin de semana puede saber a poco. En posteriores visitas también es muy recomendable visitar el Aquarium, la isla de Santa Clara o el Palacio de Aiete. Y si la agenda lo permite, también es muy recomendable acercarse a otras localidades de interés como Hondarribia, Tolosa o Zarautz.

Sin duda, una escapada llena de sabores, cultura y paisajes impresionantes en una de las ciudades más encantadoras del Cantábrico.

Fotos: VisualHunt

Viaja a Donostia en trenes de Larga y Media Distancia.