Envuelto por las montañas de Picos de Ancares, Sierras de Caurel, los Montes Aquilianos, y las sierras Pobladura y Gistredo, El Bierzo es una de las comarcas más hermosas, e inexploradas de nuestra geografía.  Esta tierra leonesa, que contrasta cimas nevadas con cultivos mediterráneos, es ideal para perderse y explorar. Aquí, a cada paso se abren huertas, prados, matorral de brezo y tojos que cubren las altas y húmedas cumbres cuajadas de magníficos robles, hayas y castaños. Esta enorme hoya, alberga tantos atractivos y sorpresas, que enamora a primera vista. Es una zona de paso entre Galicia, Asturias y la Meseta, que guarda, entre minas y monasterios, montañas y castillos, caminos y valles, secretos inesperados. En El Bierzo el tiempo se ha detenido entre naturaleza, sosiego y silencio en una tierra tan atractiva, que corta el aliento.

Esta comarca es el paraíso de las construcciones en piedra y pizarra, pero también de casas blasonadas, de plazas medievales, de monasterios, ermitas, castillos templarios, iglesias, torres y puentes romanos que cruzan ríos generosos.

Muchos de ellos son de tal belleza que han sido galardonados como Conjunto Histórico y Bien de Interés Cultural. El Bierzo es una de las comarcas más destacadas de nuestra geografía, cargada de sorpresas, leyendas y relatos que la convierten en atractiva y apasionante. Fue el dorado de los romanos, el retiro de los eremitas, plaza fuerte de templarios y camino de peregrinos durante siglos. Posee aldeas que se esconden entre peñas, en lugares que la nieve cubre, en valles mágicos y silenciosos, en ríos convertidos en playa.

Esta comarca de León guarda sus costumbres y leyendas, unas historias, quizá míticas, quizá reales, de sus ermitaños, y de sus monjes guerreros. Un tesoro que El Bierzo guarda es la sensacional gastronomía que su naturaleza, preñada de magníficos productos, regala generosa. Sus verduras, legumbres y frutas, combinan con el botillo. Tampoco faltan en el menú berciano, los pimientos de la tierra, y sus sensacionales caldos Denominación de Origen Bierzo.

Peñalba de Santiago y su místico Valle del Silencio. Montes de Valdueza, la Villa ancestral

Dentro del término de Valdueza, a más de 1 100 metros de altitud, está Peñalba de Santiago, la perfecta comunión entre arte y la naturaleza, lo que la convierte en uno de los pueblos más bonitos de España, y Conjunto Histórico. En Peñalba de Santiago, que posee uno de los caseríos más bellos del mundo, está la iglesia mozárabe de Santiago, una joya exclusiva del siglo XII, y Monumento Nacional. Donde hoy se eleva la iglesia de Santiago antes hubo un monasterio fundado por San Genadio en el siglo X. En su apariencia externa es humilde, aunque es un auténtico tesoro del mozárabe español. Su entramado de calles, sus casas serranas de piedra y pizarra que se amontonan en torno a la iglesia, y su paisaje único, la hacen increíble. A modo de gran balcón natural, Peñalba mira hacia los valles del Silencio y Friguera, sorprendente paisaje berciano que en otro tiempo sedujo a eremitas y contemplativos, como San Genadio, Valerio o Fructuoso, y hoy enamora a quien los contempla.

Desde Peñalba de Santiago se abre el hechicero Valle del Silencio, un rincón tan bello como místico. Es un gran valle virgen y mágico, que está repleto de bosques frondosos de roble, de ríos y de cascadas naturales. Es tan recóndito, que fue escogido por los eremitas medievales para encontrar su lugar en el mundo, donde hasta aquí llegaron en el IX para recuperar sus tradiciones de tiempos visigodos. Un paseo de cuento, por este valle mágico, lleva hasta la cueva que habitó San Genadio, sin duda, un paseo casi obligado.

Otro lugar fascinante es Montes de Valdueza, una villa ancestral que tuvo una importante actividad en el siglo IX.  En Montes está el Monasterio de San Pedro de Montes, un tesoro que se acaba de rehabilitar en pleno Valle del Silencio, que es una belleza impresionante. En el siglo VII lo fundó San Fructuoso, y permaneció en activo hasta la invasión musulmana, cuando fue destruido. En el 895 fue reconstruido, y desde 1931 es Monumento Nacional.

La ciudad templaria de Ponferrada

Ponferrada posee un halo mágico, un algo que incita a recorrer una y mil veces todos sus rincones, callejuelas, y plazas. La ciudad nació alrededor del puente de hierro, el Pons Ferrata,  que se construyó para que los peregrinos fuesen a visitar al Santo Apóstol a Santiago. Así que en sus alrededores empezó a establecerse la, cada día más creciente, población. Hasta aquí llegaron las legiones romanas y, después, los misteriosos templarios para, sobre el castro y posterior ciudadela romana, levantar un fantástico castillo de cuento. El Castillo Templario, del siglo XII, es, desde 1 924, Monumento Nacional Histórico Artístico, y no es para menos, ya que quizá, sea uno de los más fascinantes de Europa.

En Ponferrada son imprescindibles la iglesia Santo Tomás de las Ollas, la Basílica de la Virgen de la Encina, la Torre del Reloj sobre la muralla, la Real Cárcel, hoy Museo del Bierzo, y la bellísima Casa de los Escudos, actualmente, Museo de la Radio. A las afueras es obligatorio escudriñar el sensacional Museo de la Energía. De la capital berciana arranca el Camino de Invierno a Santiago, una ruta magnífica tanto en patrimonio como en naturaleza, apta para los más aventureros.

El gran encanto de Colinas del Campo de Martín Moro Toledano

Colinas del Campo de Martín Moro Toledano es uno de los pueblos con más encanto del Bierzo. Este sensacional Conjunto Histórico destaca por sus casas construidas con piedra, pizarra y corredores de madera. El acceso al pueblo es por un camino empedrado que llega a un arco de piedra que pertenece a la Ermita del Santo Cristo.

Colinas es un lugar ideal para realizar rutas de senderismo, donde la más activa es la subida al Catoute, y para disfrutar de la tranquilidad de un pueblo lejano y sosegado. El rio Baeza, que atraviesa el pueblo, le añade aún si cabe, más atractivo a Colinas.

Las Medulas, un paraje único en el mundo

Pero si hay un terreno que sobrecoge, un paraje que impresiona, es la tierra de Las Médulas, un patrimonio natural, que entre centenarios castaños muestra una explotación de oro, todo un alarde de ingeniería romana. Más de veinte siglos después, este rincón casi lunar, lleno de puntiagudos picachos rojizos, y extrañas galerías, es tan extraordinario como valioso. El yacimiento de Las Medulas es un sueño, un lugar único en el mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad, por la UNESCO.

Es un mar de olas rojas y naranjas, un laberinto de picos, tierra removida en cantidades imposibles de imaginar. Son montañas borradas del paisaje a base de metros cúbicos de agua, porque Roma se empeñó en sacar todo el oro de esta rica tierra. Recorrer las Galerías de Orellán, los túneles que formaban parte de la red hidráulica de la mina romana de Las Médulas, es  transitar por el interior de una tierra de oro e historia, por unas cavidades inimaginables, con siglos de duro trabajo.

Sin duda, la desconocida tierra berciana, enamora.

Texto y Fotografías: Irene González es Periodista y amante de la fotografía / @gys_com GsComunicacion

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