La mar de salada

Puede sonar a tópico-típico al hablar de Galicia hacerlo de gastronomía, podría ser, depende ¿tal vez?, aunque no siempre. Pero hay platos que se identifican con ella, que sirven de souvenir, que acercan el alma de la tierra a los autóctonos que viven fuera de ella, que colman la morriña del paladar cuando se está lejos. Recuerdos gustativos que nos llevan a momentos, a sensaciones, al hogar y que dan a conocer al turista ésa parte más de la cultura de esta comunidad.

En las Rías Baixas, por ejemplo, su preparación más única acostumbra a ser con harina de millo (maíz en castellano), y diversidad de rellenos  de productos marineros como las zamburiñas, pulpo o las xoubas (sardinas, en castellano) que han evolucionado con el paso de los años.

Sin embargo, en la provincia de Lugo es más común, por citar otro ejemplo,  que la masa de las empandas se haga de forma más habitual con harina de trigo, más densa, recordando por su textura,  más a la del pan. El relleno,  sin olvidar el más común elaborado con atún, recorre los productos típicos de la gastronomía gallega del mar y de la tierra: mariscos, diferentes clases de setas, variedad de carnes, chicarrones  o de verduras como los  grelos.

Se puede, además, tender a la mezcla dulce y salado. Texturas con masa de hojaldre, y rellenos de bacalao y uvas pasas que llevan al cielo, en este caso del paladar, con esa conjugación de sabores para los más sibaritas. En algunas panaderías todavía se puede acudir con el relleno elaborado en casa y pasar a recoger la empanada. Esta tradición, casi de costumbre familiar, que se mantiene viva, a día de hoy, une el pasado  y el presente de este plato tradicional gallego.

En Galicia existen más de 300 fiestas gastronómicas. La Festa da Empanada, en Bandeira (Silleda) dedicada a este plato ostenta, además, el reconocimiento de Festa de Interese Turístico de Galicia.

Texto: Andrea López es Periodista

Fotografías: Andrea López / Turismo Rias Baixas / Turismo de Galicia.

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