Son las 8 de la mañana y el Alvia sale puntualmente de la estación de Chamartín con destino a Bilbao. Las Cuatro Torres Business Area son las últimas imágenes con las que nos despedimos de Madrid.

Después de un buen desayuno en el coche cafetería, disfrutamos del paisaje que va cambiando a lo largo de los más de 300 km. de recorrido; terminamos de leer la prensa y el informe que teníamos pendiente y nos relajamos con la película.

Vemos Bilbao y empezamos a prepararnos para bajar del Alvia a las 13:04 en la estación de Bilbao Abando, donde lo primero que vemos es la espectacular vidriera compuesta por 301 paneles que cubren una superficie de más de 250 m2, escenas típicas llenas de vida y color relacionadas con la agricultura, la pesca, el deporte y la industria vasca. Esta vidriera fue diseñada por Gaspar Montes Iturrioz y realizada por la Unión de Artistas Vidrieros de Irún en 1948.

Saliendo de la estación, a mano derecha hacemos la primera parada en la oficina de Turismo Bilbao  justo en la Plaza Circular 1. Después de recibir información empezamos a disfrutar de Bilbao.

  1. Bilbao y sus pintxos

Para reponer fuerzas nos dirigimos a la calle Ledesma, paralela a la Gran Vía y cerca de la estación, museos y casco antiguo. Entre pintxos y más pintxos de todos los tamaños y sabores, empezamos a disfrutar de la cocina vasca.

También hay otras rutas gastronómicas muy conocidas por los bilbaínos y algunos visitantes: el Casco Viejo con más de 200 establecimientos para elegir; el Mercado de la Ribera, el mayor mercado cubierto de toda Europa, donde además de hacer la compra, los gastrobares de la segunda planta nos ofrecen múltiples tentaciones culinarias; calle Diputación, una pequeña calle peatonal perpendicular a la Gran Vía donde se pueden probar desde los platos más clásicos a los más innovadores; y la larguísima calle Licenciado Poza, conocida como la vía que concentra más bares en España, la ruta preferida los días en los que juega el Athletic. Esta calle empieza en la Diputación, continúa por el centro y termina en San Mamés, el estadio.

  1. Bilbao y su arquitectura

Recorremos Bilbao a pie, para conocer también su interesante arquitectura, un muestrario de edificios y actuaciones urbanísticas, a través del cual vemos el proceso de formación de esta ciudad fundada en 1300 por Diego López de Haro V El Intruso Señor de Vizcaya, aunque ya existía como villa desde el siglo anterior.

Visitamos la catedral de Santiago, la iglesia gótica más monumental de Bizkaia construida en el siglo XIV; entramos a la Biblioteca Municipal, antiguamente era la sede de la Sociedad Recreativa-Cultural El Sitio, nos sorprende su fachada barroca, y en general su estilo ecléctico, tan característico del arquitecto que la diseñó, Severino de Achúcarro. Muy cerca está el Teatro Arriaga, otra obra representativa del eclecticismo monumental de finales del siglo XIX del arquitecto cántabro Joaquín de Rucoba, que se inspiró en la Opera de París.

Otro de los edificios que hay que conocer es la Alhóndiga de Bilbao, antiguo almacén de cereales y vinos, construido a principios del siglo XX por Ricardo Bastida y que estuvo en funcionamiento hasta los años setenta. Fue declarado BIC (Bien de Interés Cultural) en 1999 y fue rehabilitado por Philippe Starck (www.starck.com), diseñador industrial francés con fama mundial. Impresiona ver sus 43 columnas de tres metros de altura, creadas por Lorenzo Baraldi (www.lorenzobaraldi.it), un ambiente único de belleza y explosión de colores, estilos y materiales como el mármol, bronce, madera, ladrillo, terracota vidriada o piedra de Lecce, y que nos hace recordar la columnata de la Mezquita de Córdoba, donde al igual que en la Alhóndiga cada columna es diferente.

Nos acercamos al Puente Bizkaia, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, que une las localidades de Portugalete y Getxo. Diseñado por Alberto Palacio Elissague, es el primer puente transbordador construido en el mundo con estructura metálica y una de las obras más representativas de la revolución industrial, de la arquitectura del hierro y del ferrocarril de fines del siglo XIX.

3. Bilbao y sus museos

La inauguración del Museo Guggenheim marcó un antes y un después en la vida cultural de Bilbao. Alberga parte de la gran colección de arte del siglo XX que posee la Fundación Solomon R. Guggenheim, repartida entre otras dos sedes (Nueva York y Venecia) y próximamente una tercera (Abu Dhabi).

Frank Gehry ha creado este edificio, cubierto de titanio y piedra caliza; sus formas recuerdan a un barco si se ve desde la Ría, en homenaje a la ciudad portuaria de Bilbao; a un pez, por sus paneles que brillan como las escamas; o a una flor, si es visto desde arriba. Tiene una superficie de 24.000 m2, de los cuales 11.000 m2 se destinan a las exposiciones permanentes y temporales. Entre las que se pueden ver actualmente, destacamos las que más hemos disfrutado:

  • Retrospectiva de Giacometti. Organizada en colaboración con la Fundación Giacometti de París, con más de 200 esculturas, pinturas y dibujos, producto de cuatro décadas de trabajo es una ocasión única para conocer al artista. Incluye las ocho esculturas en yeso del impresionante conjunto Femmes de Venise creado para en la Bienal de Venecia de 1956. Hasta el 24 de febrero de 2019.
  • De Van Gogh a Picasso. El legado Thannhauser. Es la primera vez que se exhiben fuera de Nueva York estas cincuenta obras de grandes figuras del Impresionismo y del Posimpresionismo, así como de los primeros maestros modernos, como Cézanne, Degas, Manet, Picasso y Van Gogh. Hasta el 24 de marzo de 2019.

También se puede visitar la exposición antológica: Después del 68. Arte y prácticas artísticas en el País Vasco 1968-2018, que revisa cinco décadas de arte vasco, con motivo del 50 aniversario de Petronor.

4. Más de Bilbao

Termina nuestro fin de semana en Bilbao; la ciudad que es un ejemplo internacional de reconversión urbanística, de ciudad industrial a ciudad dedicada a la cultura y a los servicios.

Nos quedan muchos lugares para conocer como el Bilbao Art District; los cuatro museos de las “Siete calles”; el mercado de La Ribera; el Ensanche; subir al funicular para ver la panorámica de la ciudad en el mirador de Artxanda; coger el metro bajando por los Fosteritos (nombre asignado por los bilbaínos a las marquesinas de entrada a las bocas del metro, diseñadas por Norman Foster  para ir a pasear o hacer surf en una de las doce playas en la costa norte de la ciudad; dar un paseo en barco por la Ría, o recorrer la ciudad en tranvía, bici o bus turístico… ¡Tenemos muchas más razones para volver!

Nuestro tren Alvia sale puntualmente a las 17 horas con destino a Madrid, y en el transcurso del viaje volvemos a recorrer Bilbao disfrutando nuevamente de la ciudad con nuestros recuerdos… y seguimos haciendo la lista de todo lo que nos faltó por ver.

Texto y Fotografías: Inés Tortosa es Ferroequinologista

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