Cuando uno piensa en viajes en tren en España, enseguida le vienen a la cabeza los destinos Ave. Grandes ciudades situadas a cientos de kilómetros, que el tren de Alta Velocidad nos acerca a unas pocas horas. Sin embargo, en este caso os vamos a hablar de cuatro poblaciones que se pueden visitar en un día desde Barcelona y que gracias a Rodalies tenemos a menos de una hora de la capital catalana. Vamos a ellos.

Sitges

Sitges, en la costa del Garraf, fue un destino privilegiado por la burguesía catalana de finales del siglo XIX y principios del XX. Fue una época en que las mansiones de tinte modernista proliferaron a lo largo y ancho de la población. Cien años más tarde, situada a unos 30 minutos de Barcelona y de fácil acceso en tren de cercanías, supone una excelente válvula de escape para los ciudadanos de la capital catalana. Pasear por su frente marítimo hasta la medieval iglesia de San Bartomeu sigue siendo una delicia. Como también lo es perderse por su entramado urbano para ir descubriendo bellas mansiones centenarias o visitar alguno de sus afamados museos. Entre los de imprescindible visita resulta el Cau Ferrat, fundado por el artista Santiago Rusiñol en 1893 y que aúna una colección de lo más heterogénea, que incluye parte de su obra, pero también lienzos de artistas de la talla de Zuloaga, el Greco o Picasso.

No menos interesante resulta el Palau Maricel, joya novecentista de principios del siglo XX. El Museo Maricel adjunto aúna una muestra pictórica que nos propone un viaje desde el románico hasta el siglo XX y donde pintores como Madrazo, Fortuny, Rusiñol o Casas están ampliamente representados.

Mataró

Mataró sube enteros año tras año en el panorama turístico. A la remodelación de su frente marítimo, con su estupenda playa del Varador, se une una oferta cultural y gastronómica cada vez más generosa. De Mataró era originario uno de los tres espadas del modernismo catalán: Puig i Cadafalch. Es por ello que en esta población podemos encontrar algunas de sus primeras y más notables obras, incluida la Casa Coll i Regás, el mercado del Rengle o la renovada tienda La Confianza.

Los amantes del mundo romano tienen en la Villa Romama de Torre Llauder una visita inexcusable y gratuita cada sábado. Además, no os podéis perder una visita guiada a la Capilla del Dolors de la Basílica de Santa María. Está considerada una maravilla del barroco catalán.

Canet de Mar

Ni una hora de trayecto separan Plaza Cataluña de la villa marinera de Canet de Mar, otra pequeña población de la Costa del Maresme. Los lazos familiares llevaros al arquitecto Lluís Domènech i Muntaner hasta Canet de Mar, a finales del siglo XIX. Es por ello que el responsable de diseñar el Hospital de Sant Pau y el Palau de la Música Catalana reformó en este pequeño pueblo un edificio esquinero que convirtió en vivienda familiar. Hoy la Casa Domènech i Montaner, convertida en museo, nos acerca a la vida y obra de este genio del modernismo.

Pero no es este el único palacete modernista de la villa. Indispensable resulta la Casa Roura, hoy sede de un apetecible restaurante, o el Ateneu Canetenc, también de Domènech i Muntaner y que en la actualidad desempeña las funciones de biblioteca municipal.

Otra visita que merece mucho la pena es la del Castillo de Santa Florentina, medieval y que el propio Domènech reformó con tintes modernistas y que se convirtió en plató para alguna de las escenas de la afamada serie Juego de Tronos.

Terrasa

La línea R4 nos lleva desde Barcelona hasta Terrasa, la ciudad surgida de la antigua Egara romama y capital (compartida con Sabadell) de la comarca del Vallés Oriental. Las propuestas que esta ciudad ofrece son casi infinitas. Una de las más interesantes es el conjunto de las iglesias de San Pedro, sede episcopal hace más de mil años y uno de los más importante edificios prerománicos que encontramos en la península ibérica. Hasta el punto de que el conjunto inició su candidatura para ser inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Actualmente forma parte de la Lista Indicativa. No os perdáis sus maravillosas pinturas murales.

No menos interesante resulta un paseo por su centro urbano, donde resultan de imprescindible visita el Museo de la Ciencia y la Técnica de Cataluña, o dos de los más maravillosos ejemplos del modernismo alzados fuera de Barcelona: la Masia Freixa y la Casa Alegre de Sagrera. Las reformas de estos edificios fueron llevadas a término por Lluís Muncunill, aventajado alumno de Domènech i Montaner.

Es Terrasa una ciudad que vive este movimiento artístico con especial intensidad. Especialmente durante la anual feria modernista que cada año se celebra a mediados de mayo. La ciudad al completo se viste con sus mejores galas, con la ciudadanía disfrazada al modo de hace un siglo. Además, durante este día las visitas a los conjuntos museísticos son gratuitas y varias mansiones modernistas están abiertas al público.

Desde luego, las propuestas para hacer turismo con Rodalies de Catalunya no terminan aquí. Las playas de Castelldefels o Calella pueden ser otras buenas alternativas, como también puede serlo la población de Sabadell. Como veis, no siempre hace falta hacer cientos de kilómetros para descubrir nuevos destinos.

Texto y Fotografías: Jordi Martínez es autor del blog de viajes y etnología Mil viatges

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