Dicen que Toledo es la Roma española por sus grandes similitudes, como por ejemplo que ambas se erigieron sobre siete colinas, ambas están surcadas por un río, han sido habitadas por importantes civilizaciones y además su arquitectura es similar. Muchos son los detalles que unen a estas dos ciudades, vamos a conocer la antes denominada “Toletum“. Aquí tenéis un mapa que os facilitará la visita, partiendo desde nuestra llegada a la estación de Renfe hasta un fantástico atardecer en el Mirador del Valle:

Antes de empezar esta breve guía práctica sobre Toledo voy a poneros en situación, estamos en una ciudad donde han influido personajes tan ilustres como Benito Pérez Galdós, Garcilaso de la Vega, María Pacheco, Teresa Sánchez de Cepeda o El Greco, de hecho, hay visitantes que viajan exclusivamente a Toledo para disfrutar de su obra. También influyó María de Orozco, “La Malograda”, de la que Gustavo Adolfo Bécquer escribió en sus rimas. El poeta ha contribuido muy notoriamente en las historias y leyendas de Toledo, donde encontró su inspiración para escribir “Historia de los templos de España”, así como un buen número de leyendas como “La ajorca de oro”, “El Cristo de la Calavera”, “El beso” y tantas otras obras de diversos autores, que convierten a esta hermosa ciudad en una de las más legendarias y misteriosas del país.

Miniatura de la Virgen de la Alegría.

Recomiendo cualquier época del año para visitar Toledo, aunque personalmente la adoro en alguna de sus fiestas patronales, el Corpus Christi o por ejemplo y aprovechando la cercanía de sus fechas, el evento por antonomasia de Toledo, la Semana Santa, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Las cofradías inician sus pasos de procesión en plena noche, únicamente iluminados por la luz de las velas. Por cierto, si coincide vuestra visita con la semana del Corpus Christi, los patios privados de las casas están abiertos a los visitantes.

Procesión del Santísimo Cristo Redentor – Semana Santa de Toledo.

Os propongo una ruta para hacer en dos días, que podría comprender perfectamente un fin de semana. Nos aprovecharemos del servicio que ofrece Renfe con su servicio de Ave / Avent para descubrir esta ciudad medieval. Y empezaremos como debe ser, por el principio, por la estación de tren, que fue declarada Bien de Interés Cultural en 1991 y sin duda uno de los monumentos destacados de la ciudad. Se reconstruyó en 1917, bajo la dirección de Narciso Clavería, que ideó un edificio al estilo neomudéjar. Sin duda vale la pena sentarse en uno de sus bancos y disfrutar de todos sus detalles. Después de disfrutar de esta fabulosa estación y antes de entrar en su casco histórico recomiendo visitar el Hospital de Tavera, no solo por su arquitectura sino por los objetos históricos y obras de arte que exponen en el interior. Por suerte hacen visitas guiadas que nos descubrirán toda su historia.

Hospital de Tavera

Ya nos metemos de lleno en el centro histórico de Toledo, asentada en una colina, bordeada por el río Tajo, que antaño dio refugio y protección a sus aldeanos. La entrada más importante y vistosa está cerca del hospital, es la Puerta Nueva de Bisagra, y mataremos dos pájaros de un tiro porque al lado están La Puerta de Alfonso VI y la Iglesia de Santiago del Arrabal. Muy cerquita podemos disfrutar de la pequeña Mezquita del Cristo de La Luz, la mejor conservada de Toledo. A través de la Puerta de Alarcones llegamos al Paseo del Miradero, donde disfrutaremos de unas bellas vistas de la ciudad.

Hermandad del Santísimo Cristo de la Vega – Semana Santa Toledo.

Paso a paso llegamos al centro neurálgico de la ciudad, la plaza Zocodover. Después del paseito podemos realizar otro tipo de turismo, el gastronómico, para ellos no podemos irnos sin probar uno de los platos más famosos de Toledo, las Carcamusas, un guiso de carne desmenuzada con tomate y guisantes. El mejor lugar para degustar esta delicia es el Bar Ludeña, solo el viaje vale la pena para degustar esta exquisitez. Hay otros platos típicos regionales, como la Caldereta, las Migas, la Sopa Castellana, las Gachas, la Perdiz a la Toledana, el cocido “Tres Vuelcos”, el Venado, el arroz a la Toledana, la trucha a la Toledana y especialmente el Cuchifrito, que lo preparan muy bien en el restaurante El Cuchifrito, aunque en esta ocasión nos queda un poco lejos de esta ruta que estamos realizando. De repostería típica podemos degustar el Mazapán y Las Toledanas, una empanadilla dulce rellena de cabello de ángel.

Cuchifrito y Carcamusas.

Podemos hacer el café en la azotea del Hotel Carlos V y disfrutar de las vistas, después nos espera un plato fuerte, el Alcázar de Toledo, ubicada en la parte más elevada de la ciudad, su nombre proviene del árabe, significa“ fortaleza “. Continuamos nuestro recorrido hasta la Santa Iglesia Catedral Primada, o Catedral de Santa María, que por tamaño es la segunda catedral gótica de España. En apenas unos metros merece visita obligada la Plaza del Ayuntamiento, centro histórico de la ciudad, donde está el Palacio Arzobispal. Continuamos hasta la Iglesia de los Jesuitas; recomiendo una visita a su interior, también te ofrece la posibilidad de subir a los campanarios y disfrutar de sus miradores. Tomad vuestro tiempo para disfrutar de la artesanía típica de Toledo, repartida por las distintas tiendas que pueblan el casco antiguo, desde su ornamentación damasquinada a espadas, cerámica, forja… son unos verdaderos artistas y unos fabricantes incansables, disfrutad de unos objetos únicos y bella factura.

Iglesia de los Jesuitas.

Seguimos callejeando hasta la Iglesia de Santo Tomé, donde podéis ver la pintura “Entierro del Señor de Orgaz” y si os gusta el arte no os podeis perder el museo de El Greco. Su figura ha ido recuperándose con el paso del tiempo. A su fallecimiento pasó de ser un desconocido y con el tiempo a uno de los artistas más reconocidos en occidente, recuperándose y exhibiendo sus obras mundialmente. Después de disfrutar de la pintura, nos desplazamos hasta la judería de Toledo, emplazada en la parte Este de la ciudad, donde podemos visitar la Sinagoga del Tránsito y la Sinagoga de Santa María La Blanca, que fue encargada por un funcionario judío a artesanos musulmanes, ese es el motivo por su increíble similitud con una mezquita. Dentro de la Sinagoga del Tránsito se puede disfrutar del Museo Sefardí, uno de los más importantes de la cultura hispano-judía.

Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro de Toledo.

Otra hermosa obra arquitectónica a visitar es el Monasterio de San Juan de los Reyes, y posteriormente, a unos trescientos metros, tenemos el fotogénico Puente de San Martín. Solo nos queda un lugar para visitar, pero no menos importante, aprovechando el atardecer nos podemos acercar hasta el Mirador del Valle, saliendo de la ciudad amurallada. Es una delicia para los fotógrafos. El mirador está lejos desde casi cualquier lugar del casco antiguo de Toledo, una media hora caminando desde el el puente. En la carretera que rodea Toledo siguiendo el curso del río hay varios miradores, disponen de aparcamiento pero también llega hasta ellos el autobús turístico.

Pasear por Toledo es un viaje en el tiempo hasta la Edad Media, revivir sus leyendas es un viaje de ensueño. Disfrutad de su atractivo y singular folklore, un regalo para nuestros sentidos.

Texto y fotografías : Oliver Muñoz Muñoz

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