Málaga se ha convertido en una de las capitales de provincia españolas más visitadas. Durante años, la capital de la costa del Sol fue un mero lugar de paso antes de dirigirse a alguna de las poblaciones costeras más populares de la provincia. Sin embargo, en los últimos años, cada vez son más los viajeros que se acercan hasta esta bonita ciudad para disfrutar de sus encantos, que no son pocos.
La llegada del Ave que une la ciudad con Madrid en menos de dos horas y media han convertido a Málaga en un lugar ideal donde disfrutar de un fin de semana.
Os presentamos 5 motivos para disfrutar de Málaga durante un par de días.
Por su fenomenal ambiente
Málaga es una de las ciudades de España con más ambiente, tanto diurno como nocturno. Disfrutar de las muchas calles peatonales del centro histórico de la población es un placer. Arterias como la Calle Larios o la Calle de la Constitución, repletas de bares, terrazas y ambiente comercial, donde gozar de un buen vermú al mediodía es tarea casi obligada.
Casi todas las épocas son buenas para disfrutar del ambiente de Málaga. Cuando no es la Semana Santa, son los Carnavales, el Festival de Cine de Málaga o la Feria de Agosto. Y si no, cualquier puente, el largo verano o las fechas navideñas. Las principales arterias de la ciudad se encuentran siempre a rebosar.
Por sus monumentos, que abarcan más de 2000 años de historia
Tal como lo oyes. Málaga no fue fundada ayer, precisamente. Se sabe de un primer asentamiento colonial sobre el 800 A.C. Pero luego pasaron aquí romanos, cartagineses, pueblos germánicos o árabes, entre otros. Entre los lugares que hay que ver en Málaga nadie debería perderse el Teatro Romano, uno de los vestigios más importantes de aquella época, la Alcazaba que nos recuerda los años de dominación musulmana o la Catedral, que es una de las más altas de España, y cuyas bóvedas solo son superadas en altura por las de la Catedral de Palma de Mallorca.
Por su oferta museística
Visitar Málaga por sus museos puede convertirse en un motivo de peso. La oferta museística parece no querer dejar de crecer en la capital de la Costa del Sol, hasta el punto de que la ciudad puede mirar de tú a tú a ciudades como Barcelona o Madrid.
Entre los espacios museísticos de imprescindible visita en Málaga merece la pena señalar el nuevo Picasso, que reúne parte de la obra de este artista universal, el nuevo Centro Pompidou, destello de colores y que es filial del famoso museo parisino o el Museo Carmen Thyssen, localizado en el Palacio Villalón, un palacete renacentista del siglo XVI. Esta última institución muestra parte de la colección de pintura española perteneciente a la baronesa Carmen Thyssen y se ha convertido en uno de los faros de la cultura malagueña desde que abrió sus puertas en 2011.
Por su gastronomía
La gastronomía malagueña supone otro motivo suficiente como para acercarse hasta esta ciudad a disfrutar de un fin de semana. En el centro histórico de Málaga encontraréis decenas de lugares donde gozar de los sabores del sur. Entre los platos que debéis degustar en Málaga no pueden faltar la porra antequerana, el ajoblanco, los boquerones fritos o las berenjenas con miel de caña. Sin embargo, la gastronomía popular tiene su punto fuerte en los imprescindibles espetos. Disfrutar de un buen espeto de sardinas asadas en un chiringuito de la playa es algo que nadie debería perderse al visitar Málaga.
Por sus playas
Uno podría pensar que es necesario salir de Málaga para disfrutar de las playas. Cierto que en Nerja, Marbella o Benalmádena encontramos precisos arenales. Pero no es menos verdad que en la misma capital podemos disfrutar de maravillosas playas urbanas como La Malagueta, la Caleta o el Pedregalejo. Playas, además, llenas de chiringuitos donde nadie debería dejar de degustar los famosos espetos de los que ya hemos hablado.
Ya veis, Málaga es mucho más que las playas de la Costa del Sol. La capital merece por si sola una visita de, al menos, un par de días. Ambiente, gastronomía, cultura, arte y ocio a raudales es lo que encontraréis en esta maravillosa ciudad andaluza.
Texto y Fotografías: Jordi Martínez es autor del blog de viajes y etnología Mil viatges
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