El 12 de julio se cumplen 100 años de la línea C-9, la zona verde por excelencia de Cercanías Madrid, ubicada en la Sierra de Guadarrama. Y, aunque el tiempo haya pasado por ella, sigue manteniendo intacta su esencia. Para celebrarlo, ¡qué mejor homenaje que hablar de la línea, sus estaciones y los trenes que han circulado por ella! ¿Nos acompañas en este viaje?

Historia

En el año 1917 se constituye el Sindicato de Iniciativas de Guadarrama, formado por ocho socios fundadores de diferentes profesiones y de clase media-alta, los cuales tenían claro el proyecto de explotación de línea, material y coste económico de las obras, ascendiendo éste a 800.000 pesetas de la época.

ARCHIVO HISTÓRICO MUSEO DEL FERROCARRIL: Ferrocarril eléctrico de Guadarrama. Estación del Puerto de Navacerrada. Unidad serie 101 – 103 recarrozada, dispuesta para salir hacia Cercedilla. Salida por parte del Jefe de Estación con banderín en la mano.

Sin garantía de interés por el Estado, el 23 de febrero de 1919 se obtiene la concesión por Real Orden de Alfonso XIII, como línea secundaria del ferrocarril de Villalba, Cercedilla y Segovia, a propuesta del Ministerio de Fomento.  Tras este otorgamiento (el 2 de abril de 1919), el Sindicato de Iniciativas de Guadarrama, pasa a constituirse en la Sociedad Anónima del Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama.

Una vez concedida la licencia, en octubre de 1919, comenzó la explanación del trazado. El primer kilómetro y medio transcurre por el casco urbano, y es expropiado gracias a las facilidades del alcalde de la localidad. La cesión por parte del Ministerio de los otros ocho kilómetros y medio de monte público necesarios para el trazado hicieron viable el proyecto.

El 12 de julio de 1923 a las 18:00 horas, aconteció la inauguración del Tren de Montaña de Guadarrama, el cual sólo con la potencia de motores y peso, es suficiente para circular por las pendientes de su recorrido. A dicha inauguración acudieron Sus Majestades los Reyes de España Alfonso XIII y Victoria, las autoridades civiles y eclesiásticas, consejeros y directivos del ferrocarril. Entre los invitados se encontraban el Ministro de Fomento, Gobernador Civil de Madrid, el Obispo de Madrid-Alcalá Eijo y otras autoridades. A pesar de pasar por varias épocas malas, llegamos a nuestros días donde nuestro tren de montaña sigue funcionado después de que a partir de 1941 se cediese su explotación a Renfe.

En este tiempo la línea y material han sufrido cambios y se han ido modernizando. Con la llegada del tren de la montaña al Puerto de Navacerrada, éste sufre un cambio paisajístico, urbano y empresarial. Esta transformación empezó con el Real Hotel Victoria, diseñado por el arquitecto Aldana, el cual fue uno de los socios que impulsó el ferrocarril. Este hotel abrió sus puertas en 1924 a escasos metros del ferrocarril, para uso y disfrute de los amantes de la naturaleza pero que, en 1936, empezando la Guerra Civil, fue ocupado por el Ejército Republicano como cuartel general al ser un punto estratégico. Esto llevó a un gran deterioro de este. Acabada la guerra, fue adquirido por el ejército como Escuela Militar de Montaña para Mandos, sufriendo un incendio que acabó con todo su interior siendo todo de madera. En 1968 se hizo el Ejército de Aire con él, reconstruyéndolo y quedando como residencia de descanso para el personal militar.

ARCHIVO HISTÓRICO MUSEO DEL FERROCARRIL: Ferrocarril eléctrico de Guadarrama. Estación de Navacerrada nevada. Tren compuesto por el coche motor nº 3 (431-503-2) y un coche remolque listo para su salida. 1972.

A partir de los años 40 se empezaron a construir pequeños chalés de piedra alrededor de la estación, los cuales pertenecían a Clubs de Montaña como Peñalara, Alpino Español, Esquí de Navacerrada… así como residencias de descanso de diferentes organismos. Entre los años 60 y 70 es cuando surge el auge inmobiliario mediante la construcción de urbanizaciones privadas, todas sitas alrededor de la estación de ferrocarril debido al buen servicio ferroviario.

Una vez acabado el proyecto del trayecto Cercedilla – Puerto de Navacerrada, en los años 30, el ingeniero Aguinaga comienza el proyecto de continuar el ferrocarril hacia la línea de Burgos y, de esta manera, unir la línea de Segovia-Medina del Campo con la de Madrid-Burgos. Dicho proyecto fue parado por la Guerra Civil, siendo retomado por Pastor en 1944 y, siendo finalmente en 1953 el ingeniero Ángel del Campo quién acometió un nuevo proyecto que hizo que en octubre de 1964 la línea llegase a Los Cotos, quedándose allí parada por falta de financiación económica.

En 1967 se incorporó a la línea una máquina quitanieves (Rolba serie 300-111-2, construida en Suiza, con motor diésel de cuatro tiempos), ya que, aunque los trenes en las cabezas motoras llevaban incorporadas unas pequeñas cuñas para quitar nieve al paso, eran insuficiente cuando había copiosas nevadas.

Gracias a la incorporación de dicho material, a finales de los años 80 y primeros de los 90, se incluyó a la línea C9 en los planes de evacuación de los Puertos de Navacerrada y Los Cotos, como medio de rescate auxiliar al transporte por carretera en el caso de climatología adversa con grandes nevadas. Actualmente, la quitanieves es gestionada por ADIF, quien la restauró modificando algunos sistemas.

ARCHIVO HISTÓRICO MUSEO DEL FERROCARRIL: Ferrocarril eléctrico de Guadarrama. Vista delantera, de la quitanieves 300 – 111 – 2. Estación de Cercedilla (Madrid). Ca. 1980. AHF ‐ MFM (Aranguren Castro).

Como curiosidades, cabe destacar que el tren ha servido para transportar víveres y medicamentos a los vecinos del Puerto de Navacerrada en épocas de grandes nevadas, así como a los Bomberos junto con el agua necesaria para extinguir dos incendios próximos a la vía de difícil acceso en sus vehículos. Entre los años 1972 al 1975 es cuando se produce la modernización de los trenes con material serie 442, que son los que actualmente siguen prestando servicio.

En 2024 se procederá, por parte de Renfe Viajeros, a incorporar nuevo material rodante, así como por parte de Adif, a realizar una reforma íntegra de todas las instalaciones y montar un bloqueo nuevo para mejorar tanto la circulación de trenes como su frecuencia.

Estaciones

Cercedilla:

Esta estación se pone en funcionamiento el 1 de julio de 1888 con la apertura del tramo Villalba-Segovia de la línea Villalba-Segovia-Medina del Campo. Las obras corrieron a cargo de la compañía Norte. El 12 de julio de 1923 se inauguró el denominado ferrocarril eléctrico de Guadarrama, de vía estrecha, que unía Cercedilla con el puerto de Navacerrada, convirtiendo a Cercedilla en un nudo ferroviario, en el que empalmaban dos líneas, aunque de distinto ancho. Presta servicio en la línea C-8 de Cercanías Madrid y ofrece servicios carenciados de Media Distancia, dando continuidad a la línea ferroviaria por localidades de la provincia de Segovia.

Estación de Cercedilla. Miguel Ángel Patier.

Puerto de Navacerrada:

La estación está en servicio desde 1923, se encuentra situada en el punto kilométrico 11,1 de la línea férrea de ancho métrico entre Cercedilla y Los Cotos a 1.769 metros de altitud, entre los apeaderos de Collado Albo y Dos Castillas. Remodelada en 2016, es la única estación —junto con las dos cabeceras de la línea— donde efectúan parada los trenes de forma fija. También es la estación de la línea con mayor demanda (exceptuando Cercedilla). La actividad “Guadarrama Express” ha partido tradicionalmente de Cercedilla para visitar el Puerto de Navacerrada recorriendo la sierra.

Miguel Ángel Patier. Puerto Navacerrada.

Cotos:

Cotos, también denominada Los Cotos, fue inaugurada en 1964. Se encuentra ubicada en el municipio del Real Sitio de San Ildefonso, en la provincia de Segovia. Las instalaciones se encuentran en lo alto del puerto de Cotos, junto a la antigua estación de esquí de Cotos, y a tres kilómetros de la estación de esquí de Valdesquí.

Miguel Ángel Patier. Los cotos.

Miguel Ángel Patier. Los cotos.

Trenes

Las Unidades S-442 están destinadas al transporte ferroviario de viajeros en Líneas de Alta Montaña. Inaugurándose la línea en 1923 entre Cercedilla y Puerto de Navacerrada, estas unidades (serie 431) circulan por la línea de vía estrecha del Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama, enlazando actualmente Cercedilla con Puerto de Navacerrada y Cotos desde finales de 1977 aunque los primeros motores llegaron un año antes.

Las vías por las que circulan son de vía estrecha o ancho métrico (1000mm) frente al resto de las unidades de Cercanías de Madrid con un ancho de 1668mm debido a las rampas de 6×100 y curvas de 60 metros de radio del proyecto y el estudio de los anchos. El conjunto de las consideraciones únicamente sirvió para inclinar su construcción de vía de ancho métrico. Esta peculiaridad de las vías se usó por razones orográficas. La gran cantidad de desmontes, terraplenes y la accidentalidad del terreno en esta zona de la sierra de Madrid hicieron que el ancho métrico fuera mucho más viable para su circulación.

La Serie 442 tiene grandes beneficios para la Sierra de Guadarrama, su entorno y todos los que visitan esta zona de Madrid: capacidad de tráfico, vencer las inclemencias del invierno preservando el medio ambiente, desatascar las congestiones por carretera en festivos y fines de semana y, sobre todo, apreciar la Sierra de Madrid de una manera diferente, ecológica y entretenida para niños y mayores.

Unidades 442. Historia

El material móvil de esta línea está inspirado en la industria ferroviaria suiza para líneas de montaña. Los primeros vehículos tenían el aspecto típico de la montaña suiza. Asientos de madera de pino, cajas de madera de roble y el techo y suelo de pino americano. Tenían una cabina para el conductor en cada extremo. Eran conocidos como “los suizos”, coches motores y remolques WM y WR. La ampliación de la línea hasta Cotos en 1964 aumenta su éxito que continúa hasta la década de los 70. En ese momento, y tras cincuenta años de servicios ejemplares de su material móvil, se remodela íntegramente el trayecto entre Cercedilla y el Puerto de Navacerrada.

De esta manera se transformó el material móvil con nuevas cajas metálicas y distribución diferente en puertas y ventanas, los asientos fueron sustituidos por otros azules de gutapercha (goma translúcida sólida similar al caucho procedente de un árbol con el mismo nombre). Se cambió la tensión de la línea (de 1250 V a 1500 V). Se construyeron tres unidades nuevas de la Serie 442 para reforzar los servicios en la sierra madrileña y en 1982 desaparecieron definitivamente “los suizos” dando paso a la Serie 442.

Aún podemos ver en la estación de Cercedilla uno de esos motores “suizos” en la sala de proyección de la actividad “El tren de la Naturaleza”. Desde la década de los 70, la Serie 442 evoluciona modificando sus colores corporativos adecuándose a la imagen de Renfe en cada momento. La unidad S-442 está formada por un coche motor con dos cabinas de conducción y un coche remolque con cabina de conducción en un extremo. La composición múltiple es de tres o cuatro coches, en función de la ocupación.

Rafa Casaos. Interior de las unidades 442.

La caja es de gran solidez y ligereza y la capacidad es actualmente de 100 viajeros sentados (48 en el remolque, 40 en el motor y 12 asientos plegados en las plataformas) y 25 viajeros de pie por coche. En el interior de los vehículos el remolque consta de dos filas de 24 asientos de escay rojo con dos portaequipajes encima de los asientos. Las plataformas cuentan con dos portaequipajes y cuatro asientos plegables. El motor dispone de dos filas de 20 asientos con portaequipajes a cada lado y en la plataforma existente, 4 asientos plegables. El espacio para las bicicletas se encuentra en la plataforma del coche remolque, la central, y el número de estas que pueden acceder es de 6, comprobado en dicha plataforma.

Las cabinas de conducción, en ambos extremos de la composición, cuentan con el pupitre de conducción a la derecha en el sentido de la marcha (“los suizos” tenían la cabina de conducción a la izquierda, como en la antigua Compañía del Norte puesto que las señales se encontraban en esa ubicación hace décadas. Hoy en día las señales se sitúan en el lado derecho). El regulador de tracción tiene grabados los valores de velocidad correspondiente a cada punto, lo que permite un sistema de velocidad prefijada. El equipo eléctrico está basado en la intercalación y eliminación de resistencias eléctricas que se encuentran en el techo del coche motor y se ventilan por la corriente del aire con el avance del tren.

Los primeros vehículos tenían el aspecto típico de la montaña suiza. Asientos de madera de pino, cajas de madera de roble y el techo y suelo de pino americano.

Los sistemas de seguridad cuentan, en su cabecero delantero, con una pequeña cuña quitanieves/apartapiedras regulable en altura, que permite expulsar los posibles obstáculos situados en la vía. Debido a las continuas pendientes en el terreno, los 5 sistemas de frenado son fundamentales. Cuando el tren frena, los motores se convierten en generadores eléctricos que absorben la energía cinética de los ejes y la envían a las resistencias en el techo que quedan disipadas por calor. Ahora solo queda disfrutar del viaje y del paisaje. 18,19 kilómetros, tres estaciones (Cercedilla – Puerto de Navacerrada – Cotos) y 1.821 metros de altitud al final del recorrido.

Los cortometrajes “La nieve de Madrid”, de J.L. Román; “Turismo”, de Carlos Boué y Jesús de Paz, y “Cercanías”; de José López Clemente, son un claro ejemplo de la historia de tal emblemática línea en los años 40 y 60 con imágenes que siguen recordando sus casi cien años de viajes o más recientemente la serie “Noche de chicas” o largometrajes como “El Campeón” de Carlos Therón.

En pleno centenario, la línea C9 está en el umbral de una mejora integral que ha de coincidir hacia nuevas celebraciones en los próximos años para que todos podamos seguir viviendo el tren y el entorno de Guadarrama. El entorno de la Sierra de Guadarrama (cara sur de los Siete Picos, Valle de Valsaín, Navalmedio o Fuenfría y el Mirador de la Reina, entre otros) nos descubre una manera diferente de disfrutar de la sierra madrileña. ¿Te animas?

Por muchos años más, ¡felicidades línea C-9!

Texto: Lourdes Montero Recio / Raquel Sanabria Fernández Gerencia de Prestación de Servicios. Dirección Cercanías de Madrid

Fotografías portada: Miguel Ángel Patier