Todavía recuerdo aquellos viajes en coche cama en Talgo a principio del siglo XXI con destino a Tarragona o Barcelona y con un maletín que contenía cuatro elementos: un micro, unos cascos, el cable y una máquina digital que hacía posible el milagro de narrar un partido de baloncesto desde cualquier punto de la península.

De aquellos tiempos a nuestro presente, tanto la comunicación radiofónica como la ferroviaria han evolucionado de manera espectacular. Ayer no teníamos redes sociales, las webs eran un trabajo técnico pendiente de la velocidad de tu ADSL, la FM no se escuchaba más que en tu territorio o ciudad, en los vagones se veían las películas en formato VHS, se leían libros, revistas y periódicos y viajar en coche cama era casi un lujo al alcance de muy pocos.

Veinte años después, y con un proyecto de radio moderna, en streaming, sin fronteras y con el basket como protagonista, hecho realidad hace 18 meses, vuelvo a surcar los diversos territorios del país inmerso en la tranquilidad de la desconexión dentro de un Ave o un Alvia tras la tensión de narrar y emocionar contando lo que ocurre en una cancha de baloncesto.

Periodista deportivo en el tren

Mucho han cambiado los hábitos y las costumbres en el mundo de la prensa y, en concreto, de la radio en directo. Dentro de esas costumbres están algunas vitales para hacer mejor aún nuestro trabajo: viajar, conocer mundo, encontrar lugares, vivir momentos que nos saquen de esta vida sin horas en la que estamos engullidos.

En apenas 18 meses, ciudades como Málaga, Sevilla, Madrid, Girona, Lleida o Barcelona, han sido puntos de paso y parada frecuente para mi maletín moderno de radio. Horas que tenemos para respirar y mirar, para pensar y reflexionar, para desconectar conectando, previas a la llegada a un pabellón donde nos espera una nueva jornada de la Liga ACB.

Es ahí cuando el placer de viajar se transforma en el de comunicar con emoción cada canasta, pase, robo de balón, tapón o tiempo muerto, todo en un ambiente casi siempre sano con aficiones que viven el baloncesto desde el conocimiento y desde el amor a sus colores. Casi tres horas de emisión en directo que tienen como epílogo la vuelta a casa sobre los raíles, la vuelta a la calma y al relax que nos proporciona saber que volvemos a organizar nuestro maletín para regresar en un vagón donde el baloncesto y la radio tienen un sitio especial.

Texto: Javier Fernández es Director de Expebasket Radio /@javifdezk @expebasketradio