Patios recónditos, fuentes cantarinas, y bellísimas flores que exhalan evocadoras esencias son algunos de los encantos que avalan la fama mundial de los singulares y exclusivos patios de Córdoba. Es un recorrido por 7 Patios cordobeses del Alcázar Viejo, que transportan a un tiempo en el que vivir era un arte. 

Nada mejor que mayo  para enamorarse de los patios recónditos, sus fuentes y sus macetas. Son algunos de los encantos que avalan la aureola de los especiales jardines interiores cordobeses, y que mejor que el mes de las flores para disfrutarlos. Sus entregados dueños los miman y cuidan durante todo el año como preciadas joyas que muestran orgullosos a los amantes de las flores. Córdoba es en mayo un oasis de frescor y fragancias de todo tipo de flores y árboles. Jazmines, hiedras, rosales trepadores, buganvillas, geranios, claveles, gitanillas, alhelíes, naranjos,  y cipreses, cubren entre otras miles de especies, las calles, casa y rincones de esta increíble ciudad andaluza.

El origen de este arte floral se remonta a las culturas babilónicas y egipcias, y se generalizó entre griegos, romanos y árabes con el objetivo de refrescar sus viviendas. El Patio era, y es, el entorno donde se desarrolla la vida familiar que buscaba el frescor de su pozo, y de su vegetación. Es tal la envergadura de Los Patios, que la UNESCO los ha reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Pasear por Córdoba embriaga los sentidos por su explosión de luz, aroma y color.  Las flores cubren y cuajan sus patios con tal fuerza y belleza que tienen su propio concurso, “La Fiesta de los Patios”, todo un homenaje a este refinado y sencillo estilo de vida.

La Ruta de Patios del Alcázar Viejo abre sus puertas desde Marzo hasta Julio hasta el otoño. En pleno barrio de San Basilio, casi peatonal en su totalidad, se pueden visitar  algunos de los patios más bellos, y que hasta hace poco era un privilegio reservado en exclusiva al mes de mayo. Ahora, acceder a la esencia más cordobesa es posible durante la mayor parte del año en este emblemático barrio. Son 7 Patios cordobeses del Alcázar Viejo, en los que hubo un tiempo, en el que vivir en ellos, era un primor.

1 Calle San Basilio, 14.

Era una antigua casa de vecinos, con ventanas al patio y un lavadero con dos pilas. En este patio existe una increíble variedad de especies y colorido, con más de 600 macetas que caen en cascada por las paredes. Su bella arquitectura popular barroca se aprecia en la fachada del inmueble, y en su galería porticada de tres arcos, que se levanta tras el zaguán.

2 Calle Martín de Roa, 2.

Es conocido como El patio de la Muralla ya que su pared es, nada más y nada menos, que parte de la muralla del Alcázar Viejo construida en el año 1 200. Aquí, las cerca de 40 especies diferentes se integran en la muralla con mimo, ya que está protegida como bien de interés cultural. Seguramente no exista un rincón de helechos más impresionante que el de este patio, que además posee un maravilloso suelo enchinado cordobés.

3 Calle Martin de Roa, 7.

Conserva intacto ese calor de vivienda vecinal, casi familiar, donde la vida se desarrolla en torno al patio. Con varias escaleras de acceso a las plantas superiores, y un pozo, y un lavadero, pervivencia de los servicios colectivos de estas casas de vecinos, donde el día a día, giraba en torno a este espacio abierto. Es uno de los patios con más históricos y premiados de la ciudad.

4 Calle San Basilio 40.

Tiene una estructura alargada que se adentra hasta el último rincón de la casa, así que todas las habitaciones disfrutaban de la belleza floral, ya que disfrutaban de ventanas hacia el patio. Es la mejor muestra de que el patio era el corazón de la vivienda. El original color verde clarito de sus puertas y ventanas se obtenía de la oxidación del hierro.

5 Calle Duartas, 2.

Su planta rectangular alberga árboles de arriate, salpicadas de especies de porte menor, como nectarinos, limoneros, jazmines, pacíficos, y trompetos. Posee un espectacular frontal con 250 macetas de gitanillas. Al fondo, está la entrada de una gran bodega, y su característico zaguán, representa la esencia de estas casas cordobesas.

6 Calle La Barrera, 1.

Este arcaico patio del siglo XVII, era la entrada a las antiguas cuadras de un solariego caserón de más de 400 metros. Llamativo por el tono azul celeste de sus macetas, conserva los baños, pilas, abrevaderos, y tinajas. Al principio, en torno a este encantador patio, vivía el personal de servicio, y más tarde, fue la vivienda de una familia de cocheros.

7 Calle Postrera, 28.

Es uno de los más pequeños, antiguos y bonitos de la zona del Alcázar Viejo. Conserva la auténtica esencia de los patios. Conserva su pila, su pozo, la típica escalera, y tinajas. Además de sus cientos de macetas floridas tiene varios arriates, preciosos pericones y chumberas. En este patio de la calle Postrera es como si el tiempo se hubiese detenido hace muchísimos años. Ha sido uno de los más laureados, con 21 premios.

Texto y Fotografías: Irene González es Periodista y amante de la fotografía / @gys_com GsComunicacion