La apariencia del mapamundi actual es consecuencia de la suma de decisiones humanas y millones de fenómenos naturales y adversos acontecidos desde el origen de la vida. En el mundo del Feminismo sucede algo parecido; de igual manera que la montaña más alta y aparentemente plácida esconde un volcán en erupción y el pico más bajo un iceberg que a simple vista pasa inadvertido, lo esencial de la mujer y la influencia en su entorno ha sido silenciado o solo reconocido transcurridos los siglos. Lo cierto es que habitamos territorios por naturaleza en cambio y construcción constante donde el mundo interior más rico no siempre está poblado por paisajes de postal ni acontecimientos que inviten a la serenidad ni mucho menos a la autocomplacencia. Picos que subir y valles que salvar existen desde siempre, la clave está en sumar eslabones a la cadena que faciliten la escalada y en no perder de vista las referencias que permitan ascender hasta la cima sin rendirse en el intento.

Lo esencial de la mujer y la influencia en su entorno ha sido silenciado o solo reconocido transcurridos los siglos.

La siguiente protagonista de Mujeres en Renfe habita en Madrid, pero en su lugar de trabajo cuelga de una pared un mapamundi de colores como si fuera una ventana abierta al exterior repleta de sueños y posibilidades. Y la verdad es que en eso anda y trabaja, materializando acuerdos y presencias, colocando a Renfe en el mapa. Inmaculada Gutiérrez Carrizo es directora Internacional de Renfe en la Dirección General de Desarrollo y Estrategia y hablar con ella es viajar a alta velocidad a Estados Unidos y sumergirse en Europa, América Central, Oriente Medio o África. Lidera un equipo que recorre los confines del mundo en busca de oportunidades para la empresa y hoy está aquí conmigo, conversando entre huecos de agenda prieta como encaje de bolillos. Ella es fruto de la suma de decisiones y vivencias que cuenta mientras habla y se desenvuelve con la naturalidad que otorga saberse capacitada para ocupar tal responsabilidad, pero sobre todo proyecta esa determinación e ilusión tan intrínseca y necesaria en su cometido de expandir horizontes e internacionalizar Renfe para impulsar el cambio. Empezamos la entrevista para conocerla un poco más.

Antes de contarnos en qué consiste su responsabilidad actual, detállenos cuál es su formación académica.

Soy licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid. Terminada la carrera, oposité para ingresar en el Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado. Completé estudios académicos con el aprendizaje de idiomas: inglés y ruso.

Disculpe que interrumpa antes de que finalice, pero no puedo pasar por alto la peculiaridad. ¿Qué le motivó a aprender el idioma ruso?

Provengo de una familia de origen humilde que tuve como modelo de superación a seguir. Estoy muy orgullosa de mis padres. Tanto mi madre como mi padre quedaron huérfanos muy pronto, estudiaron Magisterio al tiempo que trabajaban para costearse la universidad. Ambos prosiguieron estudios durante su trayectoria vital; mi madre, Arte y Biblioteconomía y mi padre, Ingeniería de Telecomunicaciones, además de Economía.  Mi padre opinaba que debía estudiar algún idioma que me diferenciara y del que pudiera aprender más que palabras para comunicarme. Por circunstancias diversas, decidí matricularme en clases de ruso y, gracias a becas de estudios, pude practicarlo en estancias anuales de tres meses durante varios años. La experiencia marcó mi vida por la dureza de episodios en los que fui parte y testigo, en aquel tiempo bajo las siglas de la Unión Soviética y sin que el muro de Berlín hubiera caído aún. Estudié en Moscú y San Petersburgo (por aquel entonces, Leningrado). Ahora mi ruso esta tremendamente oxidado. Pero es cierto que aprendí muchas lecciones; entre ellas una que cuestionaba la frase de mi padre sobre el aprendizaje que suponía conocer una cultura en la que todos tienen un lápiz. Regresé dándole la vuelta al concepto tras concluir que mi padre estaba en lo cierto, pero que cada uno quiere tener su propio lápiz y, a ser posible, diferente.

“Por circunstancias diversas, decidí matricularme en clases de ruso y, gracias a becas de estudios, pude practicarlo en estancias anuales de tres meses durante varios años”.

Y entre lápices fue construyendo una identidad que le condujo a puestos de responsabilidad desde su estreno laboral. Detállenos cómo ha sido su evolución.

Como técnico Comercial y Economista del Estado he ocupado distintos puestos en la Administración General del Estado en áreas relacionadas con la regulación de mercados de productos y servicios y la defensa de la competencia. En 1995 ocupé el cargo de subdirectora de Estudios en el Tribunal de Defensa de la Competencia, posteriormente el de subdirectora de Concentraciones y Estudios y más tarde llegué a ser consejera en la Comisión Nacional de la Competencia entre 2007 y 2013. Entre medias desempeñé cargos directivos en consultoras norteamericanas, desde las que he ofrecido asesoramiento económico a empresas nacionales y multinacionales de diversos sectores. Acumulo también experiencia en la internacionalización de empresas, en particular orientadas al mercado norteamericano… Tengo la suerte de haber tenido una carrera profesional muy rica y variada que me ha permitido crecer como persona y me ha dado experiencia para dirigir equipos de trabajo, dinamizar proyectos y desenvolverme en negociaciones. Pero siempre el secreto es el mismo: esfuerzo y pasión.

Acumula dilatada experiencia en la defensa de la competencia y liberalización de los mercados.  Desde su experiencia en Rusia han cambiado mucho los tiempos…

Así es, el mundo que nos rodea y, muy en particular España, ha sufrido cambios muy profundos en las últimas décadas. Los mercados se han liberalizado y el cambio tecnológico se ha acelerado mucho, lo que nos obliga a estar en continua transformación. Es cierto que desde el inicio, el leitmotiv de mi carrera profesional ha girado en torno a esos cambios ante los que hay que adaptarse. En mis primeros puestos viví cómo todo estaba cambiando con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea y cómo todo el marco regulatorio debía transformarse. Después he trabajado con empresas que tenían que afrontar y adaptarse a la entrada en nuevos mercados. Ahora, desde Renfe, vivimos el reto de la apertura a la competencia y la necesidad de transformación para hacerle frente y ser capaces a su vez de sacarle partido en terceros mercados. Ahora que tanto hablamos de resiliencia, la capacidad de anticiparse y adaptarse a los cambios considero que es uno de los activos más críticos, tanto para las personas como para las organizaciones.

¿Cuáles fueron los motivos que determinaron su decisión de ingresar en Renfe y desde cuándo es directora Internacional en la empresa?

Para responder a la pregunta debo remontarme a 2014, año en el cual surgió la posibilidad de ser consejera en la Oficina Económica y Comercial de la embajada de España en Miami, puesto que durante cinco años ejercí con el objetivo de apoyar a las empresas españolas y abrir mercado en Estados Unidos con competencia en Florida, Georgia, Tennesse, Alabama, Mississippi, Louisiana, Arkansas, Texas y Oklahoma. Estando allí conocí de primera mano el proyecto de alta velocidad de Renfe entre Houston y Dallas en el consorcio Texas Central. Me llamó la atención lo que se estaba realizando y el mundo de posibilidades que se abría para Renfe en un mercado liberalizado y abierto a la competencia. Al poco de regresar a España, en plena pandemia, vi que se abría la convocatoria del puesto de directora de Internacional y me presenté. Me parecía un reto atractivo porque combina la necesidad de abrir mercados y transformar con la vocación de servicio público que siempre he tenido. Ingresé en la empresa en septiembre de 2020, hace solo 15 meses. Pero han sido meses muy intensos…

Cuéntenos cuál es su principal cometido y los objetivos más inmediatos.

Dirijo un equipo que identifica oportunidades de negocio para Renfe en el exterior, lucha por ganarlas y coordinar su ejecución. Actualmente, Renfe está presente en Arabia Saudí con el proyecto Haramain de Ave a La Meca y en Francia y Portugal con acuerdos de colaboración. Recientemente hemos adquirido el 50 por ciento del accionariado de Leo Express, participación que abre la posibilidad de operar en República Checa, Polonia, Eslovaquia y Alemania.  A todo ello cabe sumar el proyecto del Tren Maya en Méjico y el potencial mercado de Kenia. Entre los objetivos más inmediatos, hay que destacar el crecimiento en Europa, con la gran asignatura pendiente que es Francia y la consolidación de Renfe en Estados Unidos. En esta línea, no pierdo de vista Oriente Medio y la oportunidad de incrementar nuestra cartera de productos y servicios en el exterior.

“Recientemente hemos adquirido el 50 por ciento del accionariado de Leo Express, participación que abre la posibilidad de operar en República Checa, Polonia, Eslovaquia y Alemania”.

¿Cuál considera usted la mayor fortaleza y atractivo de Renfe para la  internacionalización?

La marca Renfe es muy poderosa en el extranjero dado que nos perciben como sinónimo de calidad y talento. El capital humano de la empresa en su conjunto concentra nuestro mayor valor: personas imposibles de clonar, valiosas por sus conocimientos y experiencia única en el mundo. Y ese es también nuestro mayor reto; ser capaces de apalancarnos en ese talento para construir capacidades en el exterior y ser capaces de hacer crecer a Renfe en el mundo como sinónimo de progreso y modernidad. España es conocida internacionalmente por el fútbol, la comida y reconocida por la alta velocidad ferroviaria. Y no sé hasta qué punto se es consciente de ello en nuestra empresa, pero Renfe es uno de los pilares de la marca España y motivo de orgullo que vende país. Es, a mi parecer, uno de los mejores embajadores de la marca España.

¿Qué otros retos tiene en mente y le gustaría destacar?

Renfe ha sido una de las últimas empresas públicas en abrirse a la competencia y en el recorrido al cambio de modelo será necesario movilizar recursos para llevar a cabo la ejecución de los proyectos en los que estamos inmersos. Todo un reto que la empresa tiene que afrontar. También quiero destacar que la Dirección Internacional es a fecha de hoy un reflejo de lo que Renfe se ha marcado ser a futuro por media de edad, plantilla paritaria y centros de trabajo descentralizados. Un orgullo estar al frente de un equipo así. Pero no debemos conformarnos, necesitamos seguir creciendo profesionalmente para hacer frente a los objetivos que se ha marcado la empresa en materia de internacionalización.

Inmaculada Gutiérrez Carrizo ha recibido durante su trayectoria profesional  la medalla al mérito civil concedida por su Majestad el Rey D. Felipe VI, lnternational Trade Champion, concedido por la Florida Chamber of Commerce, Businesswoman of the year, Margaret St. Germain Award, Coral Gables Chamber of Commerce e International Women´s Day Award del World Trade Center de Miami.

En territorio personal…

Inmaculada, al presentarnos y mientras rompemos el hielo en conversación distendida, responde a mi pregunta de si tiene hijos que dos: el mayor, recién licenciado en Neurociencia y mucha vocación por la música y el menor, con una discapacidad intelectual. Comprometida con sus circunstancias y entorno, además de todos sus méritos, logros y ambiciones, actualmente es presidenta de ALEPH-TEA, organización sin ánimo de lucro que apoya a individuos con discapacidad intelectual y a sus familias. Una asociación que creó ella, casi de la nada, junto a otras tres familias, para organizarse y poner en común el desconocimiento y la dificultad de afrontar una vida con un hijo con autismo. La asociación contabiliza en 2021 más de 200 miembros, e Inmaculada se enorgullece de presidir una junta paritaria e inclusiva con la misión de mejorar la calidad de vida de las personas con autismo y sus familias.

Difícil conciliar una vida profesional como la suya con doble maternidad y una persona que necesita cuidados y atenciones especiales, imagino. Y relata que la vida son picos y valles y que, a veces, te reta y lleva al filo de lo imposible. Entiendo que haya llegado a esa conclusión cuando surge que estando embarazada falleció su hermano más cercano en accidente de tráfico y, pocos meses después, su padre consecuencia de un cáncer  fulminante. Pero en vez de detenerse y quedarse atrapada en la cadena de sucesos inesperados, ella sigue hacia adelante con el peso de la mochila sin que le impida ascender a una cima desde la que el dolor resulta liviano porque se ve desde esa perspectiva algo más lejano. Ella es algo así como el mapamundi;  nunca dejará de fascinarnos por lo que fue, por lo que es y por lo que puede llegar a ser.

Texto: Verónica Portell es periodista

Fotografías entrevista: Miguel Ángel Patier

Inmaculada Gutiérrez Carrizo, además de ser nuestra última protagonista en Mujeres en Renfe, es la primera entrevistada en la nueva sección del Blog de Renfe que estrenamos: Ferroviarios por el Mundo.