El tren, siendo el medio de transporte con menor huella de carbono, es una forma ideal de llegar a Navarra, una de las regiones más sostenibles de Europa y que más apuesta por este tipo de turismo. En este viaje entraremos a Navarra por Tudela, la capital de la Ribera y de las verduras. En esta parada no podemos dejar de saborear los espárragos frescos, alcachofas, borraja, cogollos, cardo… cada momento del año tiene sus verduras y en los bares y restaurantes de Tudela las preparan con maestría, desde las recetas más tradicionales a las más innovadoras.

Seguimos nuestra ruta en tren y la próxima estación en la que pararemos será Olite. Desde la ventanilla verás a lo lejos cómo se recortan las torres y almenas de su famoso castillo. Aunque en realidad es un palacio, ya que no tenía un objetivo defensivo, sino que era la sede del antiguo Reyno de Navarra y en su día fue uno de los castillos más lujosos de Europa. De esto se encargó, en el S.XV, el rey Carlos III «el Noble», quien hizo que sus maestros artesanos viajaran con él a Francia y a Castilla para contemplar los palacios más espléndidos del momento. Este rey encontraba incómodo el llamado “Palacio Viejo” (hoy Parador Nacional y en absoluto incómodo) por lo que decidió regalar a su reina el palacio más hermoso. En lo alto de su torre podemos soñar con los jardines colgantes que adornaban las almenas y los animales exóticos que tenían sus patios. Las calles de Olite también te devuelven a la época medieval y si la visitas el segundo fin de semana de agosto, durante sus fiestas medievales, tu viaje en el tiempo será aún más auténtico.

Nuestra siguiente parada será la estación de Pamplona. La capital de Navarra, conocida por sus famosas y bulliciosas fiestas de San Fermín, es una ciudad coqueta y tranquila el resto del año. Para acceder al centro de la ciudad por el norte hay que atravesar sus altas murallas y es que Navarra ha sido siempre tierra deseada por los conquistadores de ambos lados de los Pirineos.

Los peregrinos que vienen desde Roncesvalles en su camino a Santiago también atraviesan las murallas por el Portal de Francia para adentrarse en las calles del Casco Viejo, hasta la famosa plaza del Ayuntamiento que sorprende a todo el mundo por su pequeño tamaño, comparando con la imagen que todos tenemos del chupinazo de los Sanfermines. Perderse por las calles de Pamplona en busca de los mejores pinchos en sus bares y terrazas es una buena forma de conocer la ciudad y la gastronomía navarra.

El tren, siendo el medio de transporte con menor huella de carbono, es una forma ideal de llegar a Navarra, una de las regiones más sostenibles de Europa y que más apuesta por este tipo de turismo.

Es obligado hacer a pie el recorrido del encierro, desde los toriles de la cuesta de Santo Domingo, la hornacina en la que cada mañana del 7 al 14 de julio se canta para pedir la protección de San Fermín, pasando por la plaza del Ayuntamiento (donde podrás sacarte una foto en el vallado, que se mantiene aquí de forma permanente) para encarar la calle mercaderes, que te llevará a la famosa calle Estafeta y al final de ésta a la Plaza de Toros, que puedes visitar para conocer todos los detalles del encierro y de las Fiestas de San Fermín.

También merece la pena acercarse a su catedral, una maravilla de interior gótico camuflada tras una fachada neoclásica que horrorizó a Víctor Hugo, que dijo de ella en 1843 que era una “horrible máscara” y tachó a los campanarios de “orejas de burro”. Tendrás que ir a verla para comprobar si tenía razón; pero, sobre todo, no dejes de visitar el interior.

Pero no podemos irnos de Navarra sin conocer uno de sus atractivos principales, la naturaleza. El 33% de la Comunidad Foral es tiene algún tipo de protección medioambiental. Como aperitivo de todo lo que te puedes encontrar, te recomendamos coger el tren hasta Etxarri – Aranatz y recorrer el sendero de los robles milenarios. Un sendero circular de cerca de 5 Km. dentro de la Zona de Especial Conservación (ZEC) Sierra de Aralar, con magníficos robles de enorme tamaño, formas caprichosas y sorprendentes que llamarán nuestra atención. Parte del recorrido coincide también con la Ruta de los dólmenes, otro bonito sendero que podemos hacer en esta zona.

Si con esta ruta no tienes suficiente, no pasa nada. Navarra tiene muchos más lugares interesantes para visitar y disfrutar de la cultura, el paisaje y la gastronomía. Descubre todo lo que esta tierra puede ofrecerte en www.visitnavarra.es

Texto: Puy Trigueros Labeaga / Turismo de Navarra

Fotografía portada: Patxi Uriz

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