Tal vez, pocos de ustedes. conocerán que el turismo moderno nació con el ferrocarril. Hace 170 años, el predicador baptista Thomas Cook fue el primero en organizar profesionalmente un viaje. El reverendo Cook, que participaba del ala más radical de la Reforma protestante, vio en el naciente ferrocarril la oportunidad para agrandar la oferta de las excursiones que organizaba para alejar a los hombres y a sus familias de los horrores del alcoholismo.

El que sabe organizar profesionalmente un viaje, organiza ciento. La experiencia devino en la organización y comercialización de paquetes turísticos con desplazamiento, alojamiento y otros servicios incluidos. En 1845 había nacido, con su nombre por divisa, la primera agencia de viajes, que por cierto aguantó hasta que otra revolución industrial, se la llevó por delante en septiembre del pasado año 2019.

Entre muchos hitos, descubrió Suiza como destino turístico por su medio ambiente, diríamos hoy. Y durante un siglo el ferrocarril fue su principal transportista. Los ecos evocadores del Orient Express, y de la Compañía Internacional de Coches Camas, resuenan en nuestra memoria de viajeros. Desde entonces, con el desarrollo de otros modos de transporte competidores con el ferrocarril, el turismo también conoció otros aires y la relación con el ferrocarril se mantuvo, pero ya no como hermanos siameses, sino como primos más lejanos.

Las cosas han cambiado en los últimos años, y ferrocarril y turismo vuelven a estrechar sus lazos natales, en un contexto social marcado por el Renacimiento del Ferrocarril, y por el mayor respeto al entorno, ante una mayor consciencia de retos globales complicados para la humanidad, como los derivados del Cambio Climático y la pérdida acelerada de Biodiversidad.

Turismo y Renfe

En la actualidad, esta nueva simbiosis entre Ferrocarril y Turismo se articula en cuatro áreas de colaboración:

  • El transporte ferroviario de los turistas, presente en sus desplazamientos. No pensemos solo en viajeros convencionales entre ciudades que se mueven en tren, ya que el servicio incluye el acceso a recursos turísticos como la Val de Nùria o la Sierra de Guadarrama. Pensemos también en los cruceristas que desde Valencia incluyen una excursión en Alta Velocidad para visitar Madrid, y vuelven al barco en el mismo día, por ejemplo.
  • Los productos turísticos ferroviarios orientados a tal fin recreacional, como los trenes turísticos, desde los refinados Transcantábrico y Al-Ándalus a los más sencillos, como el Limón Express, el abuelo de estos trenes españoles explotado veinte años por FEVE desde 1971, que permitía visitar la Costa Blanca disfrutando de sus pintorescos coches amarillos con balconcillos. En particular, se viene observando una mayor atención del público a las ofertas basadas en los recursos paisajísticos y ambientales de los parajes que atraviesan algunos de estos Trenes Turísticos. En algunos casos, la concienciación ambiental forma parte del propio producto, como ocurre con el madrileño Tren de la Naturaleza, orientado a un público infantil.
  • La oferta basada en el valor del patrimonio industrial del ferrocarril, como el Tren de Sóller, lo que los ingleses llaman Heritage Trains, también apoyada en sus valores culturales expresados en los Museos de ferrocarril, de otros modos ferroviarios, y del transporte público.
  • Las ofertas resultantes de distintas mezclas amables de los tres mercados anteriores, que frecuentemente resuenan entre sí, armonizando.

La sociedad, siempre en constante evolución, hoy presta especial atención a los aspectos ambientales, como la Emergencia Climática, y ha redescubierto al ferrocarril como un modo de transporte limpio y eficiente, lo que encaja perfectamente con nuevos estilos de vida más sostenibles.

Este cambio lo protagonizan nuevas generaciones, nuestros nuevos clientes de presente y futuro, que ven en el atributo sostenible de la oferta ferroviaria un poderoso estímulo para recuperar al ferrocarril como primera opción de viaje en desplazamientos que sus padres solían realizar en modos tan poco amigos del medio ambiente como el avión o el coche, dos de nuestros más acérrimos competidores.

Turismo y Renfe

Sostenibilidad y producto turístico ferroviario: oportunidades

El ferrocarril es el modo de transporte de viajeros y de mercancías amigo del entorno, el que presenta un menor impacto ambiental en su conjunto. Es el modo que menos energía consume por unidad transportada, que presenta unos menores niveles de emisiones de CO2, que menos contribuye a la contaminación local en las áreas urbanas, generando un menor impacto acústico. La ocupación del terreno realizada por las infraestructuras ferroviarias es en términos relativos significativamente menor que el espacio ocupado por carreteras de capacidad equivalente. El modo más eficiente en términos de emisiones, el ferrocarril, es un modo de transporte a gran escala que ha reconocido la responsabilidad en la mejora su eficiencia.

La Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC), bajo cuya organización se encuentra el proyecto sobre Ferrocarril y Turismo TopRail, presentó en la Cumbre de Cambio Climático de París, su Compromiso Ferroviario de Responsabilidad Climática, que recientemente ha reformulado para que en 2050 el saldo neto de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero del ferrocarril a nivel mundial, sea igual a CERO. Más de 60 empresas ferroviarias de todo el mundo lo suscriben, conscientes de que un sistema de transporte más sostenible es esencial para conseguir el objetivo de limitar el calentamiento global por debajo de los 2 grados. Y es que la Sostenibilidad es un nuevo paradigma social que ha venido para quedarse, y es francamente favorable al ferrocarril.

El modo más eficiente en términos de emisiones, el ferrocarril, es un modo de transporte a gran escala que ha reconocido la responsabilidad en la mejora su eficiencia.

En Europa, en el mundo, no es posible conseguir la reducción de CO2 prevista en el Acuerdo de París sin actuar decididamente en el transporte, y en el transporte es imposible conseguirla sin promover la transferencia modal hacia el ferrocarril, y en particular al ferrocarril eléctrico. Renfe se ha posicionado estratégicamente en este panorama al consumir desde 2019, en su tracción eléctrica, exclusivamente energía renovable de origen certificado, por lo que es hoy el primer cliente final de electricidad renovable de España. El resultado, emisiones derivadas del consumo eléctrico de tracción iguales a CERO.

La Sostenibilidad es mucho menos favorable a nuestros competidores, a corto y medio plazo, por lo que hay una gran oportunidad para transferencias modales muy relevantes desde esos modos tan amigos de los hidrocarburos, hacia el ferrocarril. Esta Sostenibilidad, política y socialmente, está por todas partes. Se concreta en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, y en la Estrategia Europea encabezada por la Presidenta de la Comisión Europea, llamada European Green Deal, y en las manifestaciones en la calle de los más jóvenes, en su líder Greta Thunberg, que tan sólo usa el tren en sus recorridos continentales.

España, gran potencia turística mundial, es un país muy singular en Europa desde el punto de vista ecológico, con un alto potencial turístico ambiental por desarrollar. Un 30% de su superficie cuenta con algún tipo de protección ambiental, y cuenta con enclaves ecológicos de nivel mundial. La península ibérica, y en particular España, es la reserva natural del sur de Europa, con una gran variedad de paisaje, de biotopos. Buena parte de esta riqueza se concentra en la España vaciada, en cuyo desarrollo estamos todos interesados. Zonas de débil tráfico ferroviario, que piden la puesta en valor de sus potencialidades ferroviarias con nuevos servicios, como los turísticos.

Turismo y Renfe

Conclusiones 

La convergencia de Ferrocarril, Turismo y Sostenibilidad, es una oportunidad de negocio en sí mismo para los Operadores Ferroviarios. Y también, como hemos comentado es una magnífica oportunidad para reclutar a jóvenes y mayores como futuros clientes del ferrocarril de pasajeros.

El cuidado del planeta es una responsabilidad de todos: empresas, gobiernos, instituciones, clientes. Renfe lleva años trabajando para reducir sus emisiones al mínimo posible en su operativa diaria y buscamos atraer cada vez más clientes con un esfuerzo de gestión y modernización que siga aumentando el atractivo del tren, permitiendo reducir la huella de carbono de nuestros clientes en sus desplazamientos.

El Compromiso Ferroviario de Responsabilidad Climática de UIC anteriormente señalado establece como compromiso de las empresas ferroviarias del globo, y es literal:” estimular el cambio modal hacia el ferrocarril en los mercados nacionales e internacionales, trabajando con otras partes esenciales de la cadena de transporte, y seguir difundiendo el papel de un transporte sostenible como parte de la solución al cambio climático”

¿Cómo no vamos a compartir este reto apasionante con el Turismo, con la primera industria de España?

Texto: Santos Núñez del Campo ha sido Presidente de la Comisión de Políticas Sectoriales y Medio Ambiente del Consejo Económico y Social de España. Es Responsable Corporativo de Sostenibilidad de Renfe.