El gobierno de Reino Unido acaba de desvelar el mapa de la línea de alta velocidad por el que apuesta para unir ocho de las diez ciudades más grandes del país. Os invitamos a conocer las claves del AVE británico conocido como HS2 (High Speed 2), un proyecto que genera un gran debate y que Londres defiende con fuerza para que sea una realidad en 2026. “Es vital que nos subamos a la revolución de la alta velocidad”, en palabras del primer ministro conservador, David Cameron.

El plan es construir una nueva línea entre Londres y la región de las West Midlands y poner en marcha trenes de 400 metros de longitud con más de 1.000 plazas que alcancen velocidades superiores a los 400 km/h (250mph). La segunda fase, desvelada hace unos días, consiste en una extensión en forma de Y con origen en Birmingham destino a Manchester y Leeds y con tres paradas intermedias: Manchester Airport en la línea oeste y Toton -junto a Nottingham y Derby-  y Sheffield en la línea este. La decisión definitiva se tomará a finales de 2014, incluida la posible conexión con el aeropuerto de Heathrow, pero el plan parece definido.

Red de Alta Velocidad HS2 / Fuente: Departamento de Trasnporte, UK Goverment, 2013

David Cameron sostiene que los competidores del Reino Unido están invirtiendo en modernos sistemas de transporte -no le falta razón-  y que la HS2 será un “motor de crecimiento” económico. Con un presupuesto estimado en más de 32.000 millones de libras, Londres afirma que el proyecto aportará unos beneficios de cerca de 47.000 millones de libras y unos 100.000 puestos de trabajo, cifras discutidas por sectores y expertos que se oponen al plan. Las opciones alternativas a la alta velocidad –aumentar la longitud de trenes y andenes, obras de adaptación para aumentar frecuencias y evitar los tramos más lentos de la red, etc-  no merecen la pena, según Network Rail, porque provocarían importantes molestias para los viajeros  a cambio de mejoras muy modestas y de un presupuesto cercano a los 40.000 millones de libras, según la BBC.

Dado que la mayor parte de los servicios ferroviarios de larga distancia en Reino Unido no superan los 200 km/h, que existen limitaciones significativas de velocidad y que siguen circulando antiguas locomotoras diésel en líneas como la East Coast Mainline o la Great Western Main Line, el proyecto HS2 marcaría un antes y un después en las comunicaciones de la isla. Londres y Manchester quedarían conectadas en 1h y 8 minutos y Birmingham-Leeds en 57 minutos –una hora menos que hoy, en ambos casos. Los beneficios se extenderían al norte del país para dejar Glasgow y Edimburgo a 3 horas y media de Londres.

El gobierno cree, por tanto, que el tren de alta velocidad permitiría liberar la saturada red de cercanías y regionales, absorber anualmente 5,4 millones de pasajeros de avión y 9,8 millones de viajes por carretera, situar a dos tercios de la población del norte de Inglaterra a menos de dos horas de Londres y ofrecer nuevas opciones de conexión con el aeropuerto de Heathrow y con Europa, a través de la HS1 que transcurre por el Túnel de la Mancha (trenes Eurostar) con destino París.

Seguro que muchos habéis viajado por el Reino Unido.  ¿Qué os parece el plan?


Jerónimo Martín es periodista.