Profesionales en Renfe cita en el Centro de Gestión de Cercanías ubicado en la estación madrileña de Atocha a José Ignacio Rodríguez, director de Cercanías y Otros Servicios Públicos. ¿Imagina escenario más apropiado para retratar a nuestro protagonista que con la pantalla panorámica de fondo por la que todo se ve? Nosotros tampoco. Por eso, desde el Gran Hermano con corazón que late y se ilumina al paso de cada tren, conversamos con Rodri, como se le conoce en Renfe desde que ingresó. Cercano, afable, humilde y comprometido con todo lo que dice y hace, lidera un equipo que no solo se extiende por el conjunto de redes de Cercanías de España, sino por todos los trayectos de Media Distancia y Avant enclavados en la orografía nacional. En total, 7.500 profesionales y  4.000 circulaciones diarias que, desde la perspectiva del servicio público, vertebran territorio con el mejor punto de partida posible: acercar personas. De la cercanía personal y ferroviaria nos servimos para arrancar conversación.

Antes de contarnos su trayectoria laboral, detállenos cuál fue su motivación principal para ingresar en Renfe.

Sin vínculos ferroviarios familiares ni en mi entorno, dado que mi padre era músico de vocación y militar de profesión, finalizados los estudios de lo que entonces se denominaba COU, opté a la par a una plaza para iniciar carrera militar y a una convocatoria en Renfe. Superé las pruebas de ambas solicitudes, pero finalmente me decanté por la empresa ferroviaria. Tenía 18 años y nunca había viajado en tren, así que no hubo una motivación previa pero sí curiosidad por un mundo que hasta la fecha desconocía por completo.

Quién se lo iba a decir a usted, de no coger un tren a vivir pendiente de él 40 años después…

Sin duda, más cuando mi padre trató por todos los medios que heredara su pasión y fuera músico como él. A cada uno de los cuatro hermanos nos regaló un saxofón sin que su empeño diera fruto…

El ferrocarril se cruzó en su camino y decidió subirse a él para iniciar trayecto laboral. ¿Cuándo y dónde empezó usted?

Comencé formación en Valladolid y los primeros seis meses realicé prácticas como factor, de manera que me familiaricé con las tareas propias del puesto: venta de billetes y atención al cliente en taquillas, báscula y uso de telégrafo, entre otras funciones. Transcurrido aquel primer período, continué formación en Barcelona como factor de Circulación. Y de allí a estaciones varias: Madrid, Vallecas o Rebolledo. Ésta contaba con huerta e, incluso, perro. Tras tres años formándome en estaciones de la línea que enlazaba Móstoles, Laguna y Embajadores y la que unía Villaverde y Vallecas, sucedió algo que cambió el rumbo de la historia de Renfe, el embrión de lo que hoy conocemos como Cercanías. Un concepto que hoy damos por sentado pero que entonces fue pionero.

José Ignacio Rodríguez gestiona en su área de competencia  7.500 profesionales y  4.000 circulaciones diarias que, desde la perspectiva del servicio público, vertebran territorio con el mejor punto de partida posible: acercar personas.

Háganos partícipe de aquel germen de Cercanías, su origen y evolución.

A finales de la década de los 80, siendo Javier Bustinduy director General de la primera Unidad de Negocio de Renfe, dirigió la renovación del servicio de Cercanías a través de la creación de Renfe Cercanías, que concibió como un modo de transporte metropolitano y moderno. Ideó y ejecutó la reestructuración interna de la empresa con intención de crear una división con capacidad para planificar y gestionar conjuntamente las distintas redes de Cercanías creadas en España, pasando a gestionar una docena: Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla, Valencia, Murcia, Alicante, Asturias, San Sebastián, Santander, Cádiz y Málaga, que en suma contabilizaban 40 líneas de viajeros y 500 estaciones. Bajo su dirección, se gestó la duplicación de demanda y la triplicación de ingresos en cuatro años.

¿Qué papel interpretó usted durante aquella etapa embrionaria?

Tuve el privilegio de integrar un equipo de 15 personas seleccionadas por Bustinduy  para aportar una nueva visión del ferrocarril orientada al cliente, y destinada a los profesionales que desde hacía décadas gestionaban lo que a fecha de hoy es el Centro de Gestión de Operaciones. Sin capacidad de mando, pero con una capacidad de trabajo, insistencia y paciencia infinita, cada día acudíamos en grupo al centro de trabajo con intención de modificar, aunque fuera un poco, mecánicas de gestión que se debían cambiar para poner el foco en el cliente como eje principal del servicio que prestábamos. Éramos veinteañeros tratando de influir en ferroviarios veteranos, hasta nos recibían con la bandera de Palestina sobre la mesa como símbolo de territorio tomado…

Ambiente hostil que se fue apaciguando día a día hasta cambiar dinámicas de trabajo…

Así es, con tesón fue calando otro modo de gestionar el servicio. Éramos recién llegados, sin embargo, combinábamos la visión de las nuevas generaciones y la experiencia acumulada gracias a nuestra formación a bordo de trenes y estaciones en tareas de lo más variadas, pero lo más importante era que teníamos conocimiento directo del cliente, sabíamos de primera mano cuáles eran sus necesidades. Y con el tiempo fuimos ganando credibilidad porque dábamos soluciones ante incidencias con resultados claramente positivos. Sugeríamos, por ejemplo, que se diera siempre preferencia de paso a un tren con 800 viajeros que a uno de mercancías para favorecer el tránsito y evitar retrasos y quejas. También el uso de la megafonía para informar al cliente en lo que se pudiera y alternativas para agilizar tráficos y minimizar incidencias, siempre con el cliente en el centro de las decisiones. Actuaciones que hoy tenemos interiorizadas en nuestra dinámica de trabajo y manera de entender el servicio, pero que entonces eran novedosas, casi revolucionarias.

Centrémonos ahora en su carrera profesional. ¿Qué puestos ha ocupado antes de llegar a su responsabilidad actual?

Dentro de aquel grupo de trabajo fui desempeñando diferentes cargos: jefe de Estación, técnico y jefe de Tráfico de Chamartín.  Seguidamente, gerente de Operaciones y director en Cercanías Madrid. Desde septiembre de 2021, soy director de Cercanías y otros Servicios Públicos. Así, además de las líneas englobadas en las redes de Cercanías de diferentes comunidades autónomas, bajo dependencia funcional de la Dirección, también están las de Media Distancia y los trayectos Avant.

De Cercanías Madrid a gestionarlas en su conjunto, además de Media Distancia y otros trayectos en la amplia geografía española. Habrá sido un gran cambio…

Sobre todo, en lo relativo al volumen, tanto de circulaciones como de recursos humanos. Además, cada Cercanía y trayecto tienen sus propias características y mi labor consiste en conocer núcleos y líneas, respetando su propia dinámica para, a corto plazo, marcar directrices que cohesionen al conjunto. El reto consiste en homogeneizar procesos a la par que dotar a cada núcleo de herramientas y de la independencia de gestión precisa que le prepare de la mejor manera posible para el futuro.

“Cada Cercanía y trayecto tienen sus propias características y mi labor consiste en conocer núcleos y líneas, respetando su propia dinámica para, a corto plazo, marcar directrices que cohesionen al conjunto”.

Pónganos en contexto, ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las Cercanías y trayectos considerados de Obligación de Servicio Público?

El Convenio que ampara las líneas consideradas OSP y, por tanto, subvencionadas por el Estado, alcanza hasta el año 2027 con una prórroga de cinco años. En este contexto, la libre competencia entrará en juego, en condiciones similares a las que ya operan los servicios comerciales como los trayectos AVE y Larga Distancia. Bajo esta premisa, el objetivo a cumplir pasa por modificar mentalidad y adoptar los cambios con naturalidad. La adaptación es clave para superar con éxito cualquier escenario.

¿Considera a Renfe preparada para afrontar y competir en un mercado liberalizado también para líneas OSP?

Estamos trabajando coordinadamente para ello, con vistas a un futuro ilusionante en el que seremos protagonistas del cambio. Soy extremadamente positivo porque parto de la base que somos los que más sabemos de lo nuestro. Somos los mejores por nuestra experiencia, profesionalidad y compromiso.

En cuatro décadas habrá vivido usted muchas anécdotas. Comparta las que más le hayan marcado en su trayectoria profesional, por favor.

Cuarenta años dan para mucho, pero algunas vivencias me han marcado de por vida. La más reciente, consecuencia de la tormenta Filomena y la dificultad extrema para tratar de restablecer las Cercanías para facilitar la movilidad. La más trágica, derivada de los atentados del 11M. Complicadas de gestionar por ser multitudinarias, la visita a Madrid del Papa en 2011 y la primera manifestación del Día de la Mujer con asistencia récord en 2018.

¿Cómo es una jornada laboral habitual para usted?

Comienza a las 5 de la mañana, hora a la que tengo por costumbre despertar. Desde mi domicilio me conecto al ordenador personal y respondo correos o avanzo en tareas pendientes. Verifico cómo se encuentra el estado general del servicio; si se circula con normalidad o alguna incidencia requiere de atención especial. En paralelo, mediante mensaje telefónico, el grupo compuesto por una veintena de responsables de los distintos puntos geográficos notifica novedades o informa sobre lo que considera importante poner en común. A las 7 suelo estar ya en el Centro de Gestión de Operaciones, donde saludo a los compañeros y compruebo personalmente cómo ha empezado el día. Después, comienza el trabajo en la oficina y, seguramente, tendré reuniones presenciales y telemáticas. También procuro viajar regularmente por toda la geografía española para conocer características de cada línea y tomar contacto con el personal que desarrolla su trabajo en el lugar. Y a las 8 de la tarde doy por finalizada la jornada laboral, al menos presencialmente.

Parece imposible que pueda usted desconectar con tanto trajín…

Lo logro sobre todo los fines de semana, porque trato de no implicar a la familia en mi trabajo, disfrutar de su compañía. Pero he de confesar que la costumbre me lleva a madrugar, aunque algo más tarde que entre semana; entre las 6 y las 7,30. Además, gracias a un equipo excelente, delego y me alegro del éxito de los demás porque también es el mío. También sigo el consejo de un amigo que dividía en tres carpetas las tareas: urgente, importante y “sin solución”.

“Procuro viajar regularmente por toda la geografía española para conocer características de cada línea y tomar contacto con el personal que desarrolla su trabajo en el lugar”.

Además de cohesionar metodologías y dotar de independencia de gestión a sus áreas de trabajo, ¿Qué otro objetivo se ha marcado como director de Cercanías y otros Servicios Públicos?

El principal pasa por mejorar la variable que mide el índice de percepción de Calidad del servicio. Eficacia y Puntualidad son valores porcentualmente elevados, pero debemos intensificar el esfuerzo para que el cliente perciba que le prestamos una experiencia de viaje positiva y de calidad. Actualmente trabajamos en invertir la tendencia apostando por novedosas maneras más personalizadas de comunicar, un ejemplo es la reciente puesta en marcha de los Avisos en Twitter.

La inversión millonaria que está en curso para modernizar la flota de trenes favorecerá un cambio en la percepción de la Calidad.

Efectivamente, la puesta en marcha de los nuevos trenes, con un interiorismo amplio diseñado para viajar en las mejores condiciones, será un valor añadido para los clientes de Renfe. Queda trayecto por recorrer, pero avanzamos en la dirección correcta.

Anotaciones al margen…

Hombre que transmite seguridad y calma, concilia en su persona décadas de oficio, y un bagaje personal que atesora amigos de infancia desde un Toledo que recuerda con nostalgia hasta llegar al presente junto a sus compañeros actuales. Desconecta en escapadas al pueblo de su mujer, Mesas de Ibor, donde camina y camina para conectarse con la naturaleza. Pero su motor más potente le arranca los martes de la oficina más temprano que cualquier otro día. Es su nieta, que cena en casa ese día y, por cierto, no le llama Rodri sino Pepe.

¿Qué queda de aquel veinteañero que se abría paso entre ferroviarios veteranos? Mucho más de lo que imagina. Se mueve cauto y sin levantar el tono, sabiéndose ganador de batallas haciendo uso de banderas blancas como única arma para llegar a un punto de encuentro. Pero en nuestra conversación surge que entre sus armas secretas para mantener a raya el estrés está la esgrima. ¿Y eso? una afición que comenzó su hijo y a ambos les servía de excusa para pasar tiempo juntos como dos espadachines en busca de precisión y técnica.

Curiosidades aparte, Rodri se ha ganado autoridad y respeto siendo como es él, sin imponerse ni refugiarse en armaduras que impidan la cercanía en el trato. Forma parte del programa Mentoring  puesto en marcha en Renfe para transmitir conocimiento a las siguientes generaciones. Mentor de un titulado en dos grados y amplia formación académica, es Rodri quien dice sentir admiración y estar aprendiendo más gracias a la visión fresca del joven. Los tiempos cambian…

Texto: Verónica Portell 

Fotografías: Miguel Ángel Patier

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